Esta caja mágica que reunía a las familias maravilladas en los años cincuenta, la televisión, sigue siendo hoy, aunque perdió su monopolio, un importante instrumento de comunicación y entretenimiento, cuya historia tiene hitos inolvidables y presentes en la memoria de la nación, con el protagonismo de instituciones públicas, grupos políticos y trabajadores de la cultura.
Aparece en Colombia el 13 de junio de 1954, en la celebración del primer año del gobierno del general Rojas Pinilla, con dispositivos comprados en Alemania y Estados Unidos, así como con el apoyo de técnicos cubanos. En la inauguración sonó el himno nacional, seguido de un discurso del gobernante y la emisión posterior de programas de entretenimiento. Un año más tarde empezó a transmitirse el programa más corto de la televisión colombiana, vigente hasta hoy: El Minuto de Dios.
Desde ese momento, el teleteatro entró a ser parte de la programación. Obras de grandes dramaturgos fueron adaptadas para la pantalla chica. La formación de los actores se vio fortalecida por los cursos que ofreció el director japonés Seki Sano, traído por la Oficina de Información y Propaganda del régimen.
A finales de los años sesenta, en 1969, el acontecimiento televisivo fue la transmisión del primer viaje del hombre a la luna. Los televidentes pudieron vivir ese impactante momento gracias a una alianza entre la empresa privada RTI, la Televisora Nacional y la Universidad Nacional, por medio de una retransmisora en Norte de Santander. Ese mismo año, un programa musical se instaló en la televisión colombiana y perdura hoy: El show de las estrellas, de Jorge Barón.
La década siguiente trajo importantes transformaciones. En 1970 se inició la Televisión educativa con la inauguración del canal 11, conocido hoy como Señal Colombia. Las sesiones eran realizadas desde el auditorio de Inravisión (organismo que fue creado en 1964), donde se desarrollaron cursos de lectura, escritura y matemáticas. En sus inicios, este canal tuvo alcance en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila.
En esa misma década tuvo gran éxito uno de los primeros programas de entretenimiento, la comedia Yo y Tú, estrenada en 1956 y al aire por 20 años. Era dirigida por Alicia del Carpio y su audiencia iba creciendo a medida que los colombianos lograban hacerse a un aparato de televisión.
También fue un periodo en el que se destacó el programa de periodismo investigativo de German Castro Caycedo: Enviado especial, de RTI, que arrancó en 1976 y estuvo al aire por 16 años; aquel fue un formato que tiene importantes reflejos en programas del presente que buscan rastrear realidades dramáticas, de corte social y político.
Y en cuanto a programas de humor, apareció en 1972 Campeones de la risa que luego, en 1976, se volverá Sábados felices, un programa que se encuentra a punto de cumplir medio siglo de audiencia fiel.
Para 1979 en Colombia se transmitió la primera imagen de la televisión a color desde el Palacio de Nariño, en donde el presidente de ese entonces, Julio César Turbay, le envió un mensaje al país.
El entretenimiento televisivo tuvo en su corazón los programas de concurso, de gran acogida por la teleaudiencia. Desde 1968 Animalandia había ocupado un lugar central en la programación pues tuvo como anfitrión y animador a Fernando González Pacheco, quien también fue conductor del programa El precio es correcto, Cabeza y Cola y Compre la Orquesta, entre muchos otros.
A finales de los años setenta y a lo largo de la década de los ochenta surgieron muchos otros: Baila de rumba y Guerra de estrellas, por mencionar algunos. Los reinados de belleza también atrajeron un numeroso público. Las noches de gala se hicieron inolvidables con figuras como Jairo Alonso Vargas. Entre tanto, entre 1982 y 1989, una comedia que emocionó a los colombianos: Con Don Chinche, dirigida por Pepe Sánchez.
Poco a poco surgieron los canales regionales, siendo el primero Teleantioquia, en 1985, y luego Telacaribe en 1986, Telepacífico en 1988, Telecafé (1992), Teveandina (1988), hoy Canal 13. Vendrían luego Canal Capital, Televisión Regional del Oriente y Teleislas, entre otros. Estos canales han visto crecer sus audiencias y se han hecho merecedores de premios por su modo de creación y presentación de las realidades de cada región del país.
En la década de los 90, las telenovelas y series tuvieron un gran protagonismo. Varias alcanzaron récords de rating y lanzaron a la fama a muchos actores y actrices. Recordamos a Cuando quiero llorar no lloro (más conocida como Los Victorinos), de Carlos Duplat en 1991 o Café, de Fernando Gaitán, en 1994.
La más popular ha sido, quizás, Yo soy Betty la fea, estrenada en 1999, reconocida por romper los cánones tradicionales de la belleza. Ya habían sido un gran éxito Los pecados de Inés de Hinojosa, en 1988. Este género se había hecho popular desde finales de los setenta, con La abuela y Los cuervos. Vendrá en 2001 Pedro el escamoso y las llamadas narconovelas.
En el terreno del humor, entre 1990 y 1993, se presentó Zoociedad, y, entre 1995 y 1997, el Noticiero Quac; ambos con el recordado Jaime Garzón.
En 2004, Inravisión y la programadora Audiovisuales se disolvieron para ser reemplazadas por Radio Televisión Nacional de Colombia, institución encargada de administrar los medios públicos radiales y televisivos. Con la creación de RTVC, Señal Colombia pasó a ser una importante productora de contenido público que busca llegar a todos los sectores de la sociedad con programación de calidad, que reconoce la diversidad cultural, retrata la realidad colombiana y deja espacios a la imaginación y la reconstrucción del tejido social.