Desde la Conquista de América por parte de los españoles, y durante la Colonia fueron numerosos los indígenas que opusieron resistencia a la opresión y a la esclavitud. Recordemos, por ejemplo, a Juan Tama y la Gaitana en Colombia o a Tupac Amarú en el Perú y Tupac Katari en el Alto Perú, actual Bolivia, entre muchos otros.
En Colombia, a principios del siglo XX se destacó Manuel Quintín Lame Chantre (26 de octubre de 1880 – 7 de octubre de 1967), de cultura Nasa, que se convirtió pronto en el defensor de los indígenas, en su líder político y en el precursor de sus organizaciones (ONIC, CRIC, entre otras).
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Nacido en la región de Popayán, en el resguardo de Polindara, actual municipio de Totoró, era hijo de un padre terrazguero (terraje es una forma de servidumbre en la que el campesino que trabaja en hacienda ajena paga con días de trabajo su derecho a sembrar; fue habitual que individuos o familias prestantes del Cauca se apoderaran de grandes pedazos de tierra que pertenecían a los resguardos y sometieran a los indígenas a trabajarlas de manera gratuita para permitirles vivir allí).
Tuvo una infancia dura; como casi todos los niños indígenas fue evangelizado y convertido al catolicismo. Él y su familia vivieron la crudeza de las guerras con las que Colombia cerró el siglo XIX y pasó al XX. Sus hermanos sufrieron graves vejámenes, entre tanto Quintín debió hacer parte de las filas del ejército conservador para combatir en la Guerra de los Mil Días.
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En medio de combates y en las difíciles condiciones que vivía el país, y él aún más por su origen indígena, aprendió a leer y escribir ayudado por su tío abuelo Leonardo Chantre. Por cuenta propia, empezó a estudiar derecho, una disciplina de la que esperaba valerse para defender por la vía legal a los indígenas que, por varias leyes de la República, habían ido perdiendo su derecho a la tenencia de la tierra.
En 1911, Quintín Lame inició su movimiento. Sus objetivos eran, principalmente: recuperar las tierras que pertenecían a los indígenas, no permitir la división de los resguardos, no pagar el terraje y desconocer títulos con los que se hubieran robado, enajenado o ignorado los territorios reconocidos por cédulas reales (en 1630 la corona española reconoció la existencia de territorios indígenas y definió que sus tierras no podían ser vendidas y arrendadas, “ni su majestad podrá quitárselas”).
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Además, fundó escuelas para la educación de los indígenas buscando recuperar la identidad cultural. Como resultado de esas luchas y del proceso pedagógico y de creación de pensamiento Lame escribió dos libros “Los pensamientos del indio que se educó dentro de las selvas colombianas” y “En defensa de mi raza”. Ambos publicados apenas en 1971, cuatros años después de su muerte.
Luego de hacer reclamos de manera insistente con código civil en mano, en 1914, intentó un levantamiento indígena en Cauca, Huila, Tolima y Valle. Fue arrestado y preso por un año, y en 1917 por cuatro años. Buscaba la recuperación de tierra. No obstante perseveró en su estudio, encontrando cómo era posible anular las enajenaciones de los resguardos. Quintín Lame pasó una temporada en Bogotá para estudiar el caso de las cédulas reales.
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En 1924 fue entrevistado por el periódico El Espectador. Parte del diálogo fue este:
¿Qué gestiones ha desarrollado en estos días?
-Pedí una entrevista al señor presidente de la república, pero me contestó que por ahora no podía atenderme porque estaba escribiendo un mensaje al congreso, y que me entendiera con el señor ministro de gobierno.
¿Y éste si lo recibió?
-Me puso una cita en el ministerio para el día 10, pero me dejó esperando.
¿Y qué piensa hacer?
- Hoy conferenciaré con el señor ministro de guerra. Estoy también citado...
¿Qué piensa solicitar?
-Justicia y más justicia contra los atropellos de los alcaldes de Ortega, Chaparral y Coyaima, pues estos señores se han posesionado por la fuerza de nuestras sementeras y han echado sus ganados en ellas para que las destruyan. Dichos alcaldes han quitado a los indígenas hasta sus herramientas de trabajo.
¿Y si cree ser atendido?
- Hace cuatro siglos que esperamos ser atendidos, y a pesar de ello aún confiamos...
Su trabajo fue a través del estudio de las leyes y también de ocupaciones de tierra. Su concepción de la justicia tomaba en cuenta la sabiduría y las reivindicaciones indígenas y la legislación occidental. Pero también intentó organizar la lucha directa, lo que le valió ser encarcelado en más de cien ocasiones. En todos sus juicios asumió su propia defensa.
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En 1938 Quintín Lame por fin obtuvo una importante victoria: el gobierno restituyó los resguardos de Chaparral y Ortega, pero los gobiernos departamentales se mostraron reacios a aplicar la reforma. Lame no dejó un solo día de hacer memoriales y convocar a los suyos a sostener la lucha. Murió de vejez en 1967. Hoy es recordado con admiración y respeto por las comunidades indígenas de todo país; es considerado un hombre coherente que inició el camino de la reivindicación de los derechos indígenas, que nunca se vendió ni se rindió.
En 1984 surgió un movimiento armado que tomó el nombre de Quintín Lame. Inició en el Cauca, se extendió luego al Valle, Tolima, Huila, y a algunas zonas del Meta y del Caquetá. Hizo ocupaciones de tierras y reivindicó la lucha contra los terratenientes y sus aliados. Su surgimiento ocurrió luego del asesinato del sacerdote Alvaro Ulcué y otros líderes indígenas. El movimiento se desmovilizó en 1991 y tuvo participación en la Constituyente que consagró el reconocimiento y los derechos de todos los grupos étnicos.