El hallazgo se realizó en Cajamarca, Tolima, cuando un equipo de arqueología preventiva de Celsia (empresa de energía del Tolima) desarrollaba trabajos de adecuación de nuevos puntos de cobertura eléctrica. Un descubrimiento de las dos tumbas es significativo para fortalecer la investigación sobre esta cultura milenaria.
Las tumbas fueron descubiertas cuando maquinaria pesada hacía remoción de tierra a unos 70 centímetros del nivel del suelo, en una especie de construcción para los expertos de tipo “megalítica”, es decir, en roca, con alrededor de unos mil a 2 mil años de antigüedad.
Las megalítica se construyen con grandes bloques de rocas, donde hay una cámara y otros elementos que hacen parte de una estructura arquitectónica muy particular y muy especial (…) son las formas de enterramiento de las sociedades prehispánicas muy antiguas”, afirmó Gonzalo Castro, arqueólogo encargado de la obra.
Lo que se conoce, es que estas estructuras fúnebres fueron utilizadas por la cultura Quimbaya durante el periodo de desarrollo cultural más importante de la época y la práctica está relacionada con los años 500 a.C. y 600 d.C., “un periodo clásico de esta comunidad”, según algunos historiadores colombianos.
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Una vez se dieron cuenta del hallazgo, un grupo de profesionales procedieron con toda la precaución para mantenerlo intacto. Las tumbas se encontraron en buen estado de conservación y vacías, sin ofrendas funerarias.
“Son unas estructuras que se utilizan para lo que llaman ‘los enterramientos primarios’. Las personas o los cadáveres se depositaban allí y luego eran exhumados y trasladados a otros enterramientos”, asegura Gonzalo.
La empresa de energía eléctrica dio a conocer su responsabilidad en el manejo y construcción de las diferentes obras, garantizando siempre la buena planeación, revisión de fuentes y levantamiento cartográfico en el área. Gracias a ello, se evitó que estas estructuras fúnebres no estén destruidas y sea un aporte importante a la investigación histórica de nuestros antepasados.
Se espera que, en la siguiente etapa, este material sea entregado a uno de los museos de arqueología en la capital del departamento del Tolima, o la Casa de la Cultura del municipio de Cajamarca, este último lugar donde fue encontrado, pero, sobre todo, a quien se comprometa en su conservación y preservación para que sea fuente de inspiración en el estudio sobre la cultura de los antiguos pobladores de esta zona del país.
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