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Literatura infantil y juvenil, aliados en cuarentena para entender la pandemia

Varias iniciativas de lectura buscan acercar a las familias y explicar a los más pequeños la situación que vive el mundo por el coronavirus.

Por: Fausto García Calderón

“Los libros y la literatura son fundamentales para entender los problemas que son difíciles de conversar”. Así describió esa mágica relación de los libros y la vida Silvia Castrillón, bibliotecóloga colombiana y especialista en literatura infantil.

En el 2018 una encuesta publicada por el Dane señalaba que los niños de entre 5 y 11 años leían en promedio 3,2 libros al año. En el programa Encuentros hicimos un recorrido por Colombia y México, para conocer los proyectos que a través de la literatura y las bibliotecas buscan la integración de la familia y de toda una comunidad.

Las primeras páginas

Para Silvia Castrillón, licenciada en Bibliotecología de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia, resulta de un gran aporte lo que vienen haciendo algunos profesores y bibliotecarios que se esfuerzan por tener más conocimiento en literatura infantil. “Hay hogares donde hay hábitos de lectura y otros no, es en ese punto donde los profesores juegan un papel importante, los maestros complementan ese vacío, debemos brindar espacios de lectura y no generar un abandono”.

En un momento donde la vida y las relaciones han dejado varios sitios solitarios, los hogares se han convertido en el lugar de encuentro prolongado de muchas familias, lo que a su vez ha puesto a prueba la convivencia entre padres, hijos, nietos y hermanos. En esta nueva etapa la literatura se ha convertido en una opción y en algunos casos el libro se ha vuelto el mejor instrumento.

“Los libros han funcionado para estrechar lazos, son un instrumento para conversar sobre situaciones difíciles”, afirmó Castrillón. Ella considera que los libros nos ayudan a exteriorizar eso que a veces nos cuesta, por lo que resulta tan relevante compartir la lectura con niños y jóvenes por la razón de que no solo cumple con la diversión, “lo simbólico de ver el mundo con los ojos de otras personas es un gran aporte”.

Una biblioteca para soñar

En Pitalito, Huila, está María Carvajal Losada, directora de la biblioteca municipal Monseñor Esteban Rojas, una mujer huilense, soñadora y enamorada de todo lo que pueda hacer por los niños, jóvenes y la comunidad en general a través de la literatura. Le apasiona trabajar por la inclusión. “Siempre he visto al libro con magia, nuestro trabajo lo extendemos a las partes rurales, urbanas, a nuestras etnias que conforman nuestro departamento”, expresó.

Con un trabajo y un proceso de 8 años acercando a niños y jóvenes a la literatura, Carvajal recordó cómo fue escribir las primeras páginas de este proyecto: “No ha sido un camino fácil, tocó reabrir la biblioteca porque estaba cerrada, luego implementamos programas para acercarnos a los planteles educativos a través de los padres y la familia”.

Carvajal describió esta relación de literatura infantil y juvenil como un enamoramiento donde hay que conquistar a los niños y jóvenes, “es importante construir y reforzar lazos familiares, apoyarlos en las tareas y leerles, por esa razón trabajamos día a día en nuestros programas”.

Dona un libro siembra cultura es una de esas iniciativas que lidera en Pitalito, Huila. Gracias a esto ha logrado darle vida a 15 espacios de lectura en zonas rurales. “Este proceso consiste en que cada vez damos a conocer nuestro trabajo y la idea es que desde distintas ciudades puedan donarnos libros o elementos que contribuyan a darle vida a estos sueños”, dijo.

Para sumarse a esta iniciativa literaria pueden buscar en redes sociales Biblioteca Municipal Monseñor Esteban Rojas.

Mientras en Colombia no se supere la situación de la pandemia, Cavajal seguirá apostando a la creatividad y un poco más a la recursividad para no perder ese universo de lectura con niños y jóvenes.

“Aunque extrañamos estar en la biblioteca, entendemos que debemos protegernos. Por eso a través de las redes sociales nos encontramos y cada semana realizamos lecturas y videos virtuales, tenemos que seguir fortaleciendo la unión de las familias a través de los libros”.

Literatura infantil sin fronteras

En épocas de cuarentena, la imaginación debe hacer parte de la forma más acertada para llegarles a niños, jóvenes y familia con mensajes de prevención. ‘Los días en que todo se detuvo’ es un libro para niños y diseñado para ser leído en familia. Su objetivo es buscar una reflexión sobre todo lo que sucede en el mundo por el Covid-19, pero más allá de eso, fortalece el entendimiento de cada una de las medidas de higiene que deben aplicarse.

José Iñesta es mexicano, director de Pixelatl, una asociación dedicada a promover la creación y difusión de contenidos y narrativas gráficas y audiovisuales, hace parte del equipo creativo de mexicanos y colombianos que dio vida a este cuento infantil. “Este trabajo es una oportunidad para que los niños puedan comprender todos estos fenómenos, no es fácil explicarles el por qué debemos quedarnos en casa de un momento a otro, por eso debemos usar el lenguaje de ellos”, dijo.

La difusión y acogida que ha tenido el libro en México y otros países ha hecho que tenga una traducción al inglés, francés, alemán, portugués, vasco y rumano. “Todo este trabajo es una forma de ayudarles a expresar sus sentimientos, esto va más allá de hablar del virus, de cómo afecta el cuerpo humano y todas sus consecuencias”, aseguró Iñesta, para quien el libro es una herramienta que contribuye a comprender el mundo desde la mirada de un niño con el acompañamiento de los padres.

La autoría de ‘Los días en que todo se detuvo’ es de Jordi Iñesta con el apoyo de más de 15 ilustradores, su descarga es gratuita y está disponible aquí.

En esta etapa que marcará nuestras vidas, resulta gratificante ver que la literatura sigue siendo ese elemento que no deja perder los sueños y la imaginación. “En estos momentos tenemos una gran oportunidad como sociedad y es volver a fortalecer los lazos de comunicación entre padres e hijos, somos nosotros los primeros responsables de la educación de nuestros niños”, concluyó Iñesta.

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