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El Biblocarrito que pone a rodar la palabra y la lectura

Un Renault 4 blanco convertido en biblioteca itinerante es la herramienta con la que unos apasionados por las letras llevan y comparten literatura en los rincones del país.
biblioteca itinerante
Fotos: Biblocarrito R4
Yaneth Jiménez Mayorga

El amor por los letras, la conversa, la vida rural, y el poco acceso a los libros que tienen las personas en algunas zonas del país fueron el combustible que le dio arranque al Biblocarrito R4, la biblioteca rodante que los jóvenes Laura Acero y Arco González (en compañía de su entonces pequeño hijo) empezaron a forjar en el 2015, cuando decidieron recorrer en un antiguo y un poco destartalado Renault 4 espacios abiertos de Bogotá para compartir lecturas a cielo abierto. 

“Al inicio la biblioteca estaba conformada por mis libros universitarios de la carrera de Literatura que estudié, libros muy tradicionales, literatura universal, y libros que teníamos en casa. Poco a poco, la colección se fue ampliando, especialmente con textos de literatura infantil, con donaciones que nos hacían las personas, hasta lograr ahora tener libros de editoriales independientes, de autores que se autoeditan, de colectivos, mucho fanzine, todo de autores nacionales”, señala la creadora del biblocarrito.


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Literatura rodante

Ellos, amantes de la letras, describen su propósito con las palabras que presentan su proyecto: “Entonces había muchos libros y poco espacio en casa. Y cajas para pintar de colores. Y tiempo. Y ganas de compartir tantas páginas. De poner a rodar la palabra. Entonces le invertimos al sueño: viajar por Bogotá y Cundinamarca llevando las letras favoritas: cuentos y poesía para niños de todas las edades. Desde aquellos con los que crecimos, los que ya podemos sacar pase hasta esos tan divertidos con los que empiezan a explorar la literatura, los que van en la sillita de atrás. Nuestra biblioteca es para todos. Rueda por la ciudad y el campo. Como un buen renolito, ofrecemos el delicioso merengón de las palabras”. 

En ese camino, han participado en eventos y actividades como la Feria del Libro de Bogotá, el Carnaval de la Ronda del Río con la Fundación Confuturo de la capital colombiana, la primera Fiesta de la Escritura y la Lectura de Chocó, el Festival Internacional de Literatura Carmina, en Tunja, Boyacá, el festival de La Tigra en Piedecuesta Santander, entre otros. 

Renault 4, biblocarrito

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Libros viajeros  

Con megáfono en mano- y un llamativo letrero que dice “Libros gratis, nada se vende”- , Laura y Arco invitan a los habitantes de los distintos territorios que recorren a promover el intercambio, la donación y el movimiento de los libros, así como a generar espacios de diálogo alrededor de la literatura. Rodando por las vías del país, han llegado a lugares como Quibdó, Santa Marta, Saravena, Ipiales, Pasto, Barrancabermeja, Tunja, y zonas rurales de Bogotá, entre otros. 

“Lo que hacemos es salir con el biblocarrito a diferentes lugares, veredas, espacios escolares, parques donde intervenimos durante dos o tres horas el espacio ofreciendo esa posibilidad de encuentro con los libros fuera de ese lugar tradicional de la biblioteca, brindando un espacio de contacto, de diálogo y palabra, como un espacio efímero, cargado de saberes para leer en voz alta, que enriquece y construye en grupo”, explica Laura. 

biblioteca rodante

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Desde su sede física, ubicada en la Asociación Cultural Vuelo en el tradicional barrio de Chapinero en Bogotá, el proyecto empieza a transformarse, ya Laura y Arco tienen como objetivo ampliar “la flota” con otro biblocarrito, crecer su catálogo literaria a través de otros dispositivos como celulares y objetos que transmitan memorias, “que sirvan como detonantes de experiencias lectoras más poderosas, que nos permitan contribuir también a apoyar a bibliotecas comunitarias, y a formar promotores de lectura, docentes y bibliotecarios. El  objetivo es que más personas leamos y leamos mejor”, afirma Laura.  

Así mismo, ampliar la colección de libros con nuevas propuestas, diversificar sus presentaciones con más música, fortalecer su show de magia, contar con más invitados que los acompañan en las travesías, potenciar actividades como los laboratorios de escrituras colaborativas, los talleres para niños, etc. 

Letras sobre ruedas

Sin importar que en ocasiones el biblocarrito se vare, haya que cambiar llantas o aceite, conseguir el dinero para comprar el SOAT y los impuestos, las cuatro ruedas de R4 seguirán llegando a la geografía nacional para tocar corazones, mover la palabra e inspirar.   

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