Boca Salada es la nueva novela del escritor colombiano Jorge Iván Jaramillo, quien este libro reflexiona sobre los viajes inesperados que surgen en nuestra vida, así como sobre las relaciones improbables que compartimos y el impacto que generan en nuestra vida.
A propósito del lanzamiento de este nuevo libro, en Radio Nacional de Colombia conversamos con Jorge Iván, quien por estos días estuvo en la Feria Internacional del Libro de Bogotá hablando sobre uno de los temas que más lo apasionan: la literatura.
Jaramillo ha dividido su vida entre Colombia, Argentina, Chile y Bolivia, países que también se convirtieron en su patria y que lo formaron para convertirse en el escritor que es hoy.
Sin duda, Colombia se posiciona como uno de los países latinoamericanos donde las letras resignifican nuestra realidad: a través de ellas nos expresamos, hacemos catarsis y exorcizamos nuestros demonios.
¿De dónde nace la historia de Boca Salada?
"Boca Salada surge de una necesidad de narrar, de una necesidad de contar, de rememorar, de traer esas memorias presentes", comenta este escritor colombiano.
Agrega que "el inicio de Boca Salada se da en medio de un trabajo de campo etnográfico conviviendo con familia chileno-peruana en Santiago de Chile. Esta época es más o menos en el 2001 y una familia de acogida, que está compuesta por varios integrantes que son oriundos del Callao, de Lima y ya se viene a componer la familia... En Chile se juntan con gente local y empieza a generarse allí una serie de entramado, de familia, con una fuerte herencia peruana y que hay una abuela que es de origen chileno peruano y está abuela tiene la boca salada".
Ejercicio de pensarse las migraciones de la actualidad
La abuela es clave en el desarrollo de esta historia, ya que cuenta Jaramillo que ella "le decía a uno te vas a romper el pie si te vas por allá y llegaba con el pie roto. Te vas a ir y vas a volver en tanto tiempo porque el trabajo no va a resultar y eso pasaba. Todo este tipo de cuestiones iban en el cotidiano, en la convivencia y en el ejercicio para ver las migraciones actuales y las migraciones que en ese momento se estaban dando en América Latina".
Hace énfasis en que su novela "es un ejercicio de migración muy fuerte de peruanas y peruanos hacia Chile por la economía de entonces. Allí es donde me encuentro esta familia y me encuentro también una nieta, una nieta que es Miranda, quien narra toda la novela y ella da cuenta de todos sus vínculos especialmente con esa abuela que la protege, la cuida y un padre ya muy chileno con el hermano que es hijo de biológico ella es hija de un peruano que se dedicaba al circo".
Bolivia también presente en la novela
Bolivia también cobra importancia en esta novela porque el padre biológico de Miranda, quien narra la novela, muere en un accidente de globo en ese país.
"Ahí se da un una atención permanente en términos de disputa por el cariño, pues porque el padre prefiere al nené pequeño que es rubio, rubito, de rulos, muy chileno y muy a la moda. En cambio ella no, ella es blanca mestiza, entonces ahí empieza de toda la historia y yo empiezo a ver todos los personajes con los que contacto, con los que dialogo, en el cotidiano y los primeros cuatro meses que estuve conviviendo allí".
Desde ese lugar de donde surge la historia de Boca Salada es lo que motivó a escribir la novela.
"Tiene que ver con que atraviesa temas que me interesan muchísimo, temas como el despertar de una chica joven en medio de racismos, en medio de segregaciones, una chica que no encuentra su lugar y lo está buscando que anida en otros corazones, en otros mundos".
¿Qué tan difícil es escribir una novela?
Le preguntamos a Jorge Iván Jaramillo qué tan difícil es escribir una novela, a lo que responde que no fue nada fácil:
"No fue nada sencillo escribir la novela porque es una novela que primero tenía que hacer un ejercicio y trasladar muchas cuestiones que venían de Perú, de Bolivia, de Argentina, de Colombia para mirar como en términos de migración se daban, entonces estar todo el tiempo con las colectividades, mirar cuál era el comportamiento pero que todo giraba muy en torno a Miranda".
Jorge Iván es antropólogo y esta novela la construyó analizando de forma profunda a sus personajes.
"Entonces ponerle voz a esa chica, irla madurando, ir viviendo con ella, sus sentires, sus amares, sus desamares; todo esto no era nada sencillo pues que en ese lugar mío, mi lugar de anunciación como en ese momento investigador, antropólogo poder entender y poder narrar desde una joven, no era nada sencillo. Entonces ahí es donde estuvo en un comienzo la dificultad, pero después fue fluyendo".
Agregó que "tardo un buen tiempo en revisarla, en escribir la novela, luego la reviso y esa novela se queda en un muy buen tiempo, casi una década durmiendo los sueños que yo no dormía, más o porque para mí los textos, las novelas, los poemas tienen que reposar y hay un momento en que lo interpelan a uno y ya quieren salir, quieren volar y no es nada sencillo publicar, pero también como el buen vino, me gusta que reposen y con el tiempo mirarlos, revisar y eso permite que vayan agarrando contundencia los personajes, por figuras, por decires, por modismos".