Una librería sin librero. Falleció Felipe Ossa
¿Qué puede ser de una librería sin su librero? La respuesta brinca al instante: sería sencillamente un depósito, porque le faltaría el alma.
Esto es porque los libros son objetos que necesitan ser leídos para cobrar vida. Unos de los primeros lectores son los libreros. Por eso también tienen el don de dar los primeros alientos de vida.
Ellos, con esa generosidad que los suele caracterizar, luego de ojear o leer los libros que reciben, se convierten en la voz que los proclama, en un eco que rebota tantas veces como lectores encuentren.
Justamente así era Felipe Ossa, librero histórico en el país, quien estuvo al frente de la Librería Nacional durante más de 50 años y quien, actualmente, se desempeñaba como gerente general.
Lee también: Hoy se sanciona la ley 'No Más Olé' en la plaza la Santamaría de Bogotá
Felipe Ossa aprendió que la vida se prolongaba gracias a la lectura. Hoy se ha ido pero sus ojos y su alma perviven en miles de lectores. Coleccionista de novelas gráficas, lector consumado, y ácido y lúcido librero, @mincultura lamenta su fallecimiento. Un abrazo a los suyos. pic.twitter.com/RynMghOe56
— Juan David Correa (@jdcorreau) July 22, 2024
Felipe Ossa empezó desde abajo en el oficio de los libros. Al principio se desempeñó como ayudante de bodega. Sin embargo, su interés por los libros lo fue llevando poco a poco a estar más cerca de los lectores, hasta que se convirtió en una voz confidente para muchos.
De él sabemos que se empezó a interesar por los libros desde muy joven. Según cuentan quienes lo conocieron, sus primeras pasiones literarias vinieron de la mano de las historietas. Incluso quiso ser ilustrador e historietista. Pero como lo echaron del colegio (y nunca regresó a estudiar formalmente) su vida tomó otro rumbo.
En una entrevista contó que terminó estudiando por su cuenta en los libros. Fueron estos quienes se convirtieron en su verdadera universidad.
Esa pasión lo llevó a los 18 años a empezar su relación con la Librería Nacional. Como se dijo, arrancando en las bodegas. Luego fue librero y así se volvió referente en una de las librerías más importantes de Colombia, punto de encuentro para muchos lectores y centro indudable de crecimiento cultural.
La carrera de Felipe Ossa impacta más allá de quienes lo llegaron a conocer. Su legado está en cada libro que se encuentra en las estanterías de la librería y, por supuesto, en el eco que estás estanterías tienen en las de otras librerías colombianas.
Su mirada aguda forjó una huella que recordaremos cada vez que nos ataque el desconcierto sobre qué leer. Su voz seguirá siendo faro en el océano de las letras.
Buen viaje, maestro.
