Los guardianes de los corales del mar de los siete colores
Biólogos, buzos, pescadores y voluntarios se unieron con una consigna en común: rehabilitar, restaurar y recuperar los corales del mar de los siete colores.
El archipiélago de San Andrés tiene la tercera barrera de coral más grande del mundo, después de Australia y Belice, y el 77 por ciento de las áreas coralinas de Colombia. Así lo confirman varias organizaciones mundiales como la Unesco y Conservación Internacional.
Ante tan preciado regalo de la naturaleza, se impone el reto de la autoridad autónoma regional, Coralina, de cuidar todos los ecosistemas marinos que habitan en esta parte del Caribe colombiano. Por ello, desde el año 2004 se han dado a la tarea de proteger los corales, organismos vivos fundamentales en la cadena de producción de una gran variedad de peces, como lo explica el biólogo marino Nacor Bolaños.
La pesca indiscriminada del pez Loro, una especie clave por su rol de demoledor de algas que cubren y matan los corales, es uno de los principales factores que ponen en riesgo los arrecifes de coral. Además del cambio climático, la contaminación y el vertimiento de aguas residuales.
“Cuando no tenemos un herbívoro como los peces Loro para que se coman las algas, las algas van a crecer más rápido que los corales y los terminan ahogando y matando. De ahí la importancia de mantener los peces Loro vivos en nuestros arrecifes”, Nacor Bolaños, biólogo marino.
Al notar la importancia y necesidad de fortalecer la restauración de los corales, tarea que encabeza la autoridad ambiental Coralina, diferentes centros de buceo, fundaciones ambientalistas y pescadores se sumaron a esta iniciativa con jornadas de limpieza del fondo marino y posteriormente con la instalación de guarderías de coral en los puntos críticos identificados por los expertos.
Alexandra Pineda, directora científica de la fundación Seaflower, nos cuenta de su aporte en la labor de la rehabilitación, restauración y recuperación de corales. Escuche aquí el testimonio de Alexandra Pineda:
Buzos que de manera voluntaria decidieron unirse a esta iniciativa, destacan que su participación busca generar conciencia sobre las nuevas generaciones para que contribuyan a la conservación de los ecosistemas marinos, que además de embellecer el fondo del mar, nos abastecen de una gran variedad de peces y nos protegen de las fuertes corrientes y fenómenos naturales.
“La satisfacción que encuentro, no sólo yo, si no cualquier voluntario que participa en este proyecto tan lindo es que no estamos de brazos cruzados, es la satisfacción de hacer algo, de actuar por este ecosistema tan especial”: Marina Gnecco, voluntaria.
En el 2016 la labor conjunta entre la autoridad ambiental Coralina y los centros de buceo, logró la recuperación de una hectárea de coral. La meta que tienen fijada a tres años es poder rehabilitar y restaurar 100 hectáreas de arrecifes de coral en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.