Distintos médicos veterinarios en Colombia hicieron la denuncia a Radio Nacional sobre casos de personas “que tratan animales bajo el título de veterinarios, cuando en realidad no tienen la licencia oficial para ello, que les entrega a estos profesionales Comvezcol (Consejo Profesional de Medicina Veterinaria y Zootecnia de Colombia)”.
Así lo afirma, por ejemplo, el doctor César Camilo Ruíz, médico veterinario y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Médicos Veterinarios, VEPA Colombia.
“Ya tuvimos un caso con un abogado que operaba animales y no tenía licencia. No tenemos dónde denunciar esto. Las universidades no se proclaman al respecto, en realidad la persona que denuncia se mete en un gran problema personal. Los animales mueven mucho dinero por el pesar que producen en la gente. Hay una connotación de fondo que más allá del mero amor a los animales. Un animal mal operado después va a tener que ser sometido a otras cirugías si sobrevive”, afirma Ruiz.
Ruiz alega que en algunos casos estas personas son 'defendidas', porque no cobran por operar u atender un animal, o porque lo hacen por precios más bajos que los de un veterinario certificado.
“Los veterinarios por ley están en la obligación de hacer exámenes prequirúrgicos que cuestan entre 40 y 90 mil pesos. Cualquier médico veterinario que opere sin estos exámenes está cometiendo una falta a la ética médica. El veterinario debe tener historia clínica del paciente, condiciones de asepsia y jaulas de recuperación, entre otros requisitos. Hay un vacío legal grande porque se hacen normas para el cumplimiento, pero nada para controlarlos. El falsificar un diploma no tiene cárcel, sino multas. No hay un castigo que sea realmente ejemplar, como en el caso de quien práctica una cirugía estética sin estar certificado”.
Este veterinario recomienda que si se tiene alguna duda sobre si un veterinario es profesional o no se ingrese a la página web de Comvezcol. Por otra parte, detalles a la vista como el aseo personal, el sitio donde trabaja y que tenga a la vista su licencia y diploma son factores que no está de más supervisar. “Hay gente que falsifica la licencia, pero por si las dudas está Comvezcol”.
Leonardo Jiménez Rojas, médico veterinario, afirma que en el medio abundan estos casos.
“Hemos visto perros operados con hilo de coser. Esto no solo pone en riesgo a los animales, sino a las personas porque estos supuestos “veterinarios” no siguen ruta sanitaria y no sabemos dónde tiran los desechos de las operaciones”, dice.
Por otra parte, el doctor José Miguel Guarín, Presidente de VEPA capítulo Bogotá, afirma que en la capital hay varios sitios de atención a animales con personas que no son profesionales.
“Se expone no solo a los animales, sino a las personas a un problema de salud. Hay normatividad, pero esta exige una serie de procesos y denuncias que se quedan en el camino, las personas no van a la Fiscalía y todo se queda en la queja. La legislación es muy lenta y los procesos también y un fiscal le da más importancia a otro tipo de denuncias”, afirma el doctor Guarín.
Este médico veterinario afirma que algunas de las personas que trabajan en esta profesión sin estar certificados afirman estar ayudando a la población y a la no proliferación de los animales, pero sin tener en cuenta consideraciones como la anestesia y el bienestar animal. “ Muchos animales mueren por reacciones adversas a medicamentos. Otros aparecen con problemas porque han sido intervenidos”.
Las estadísticas no son muy claras frente al tema. “No hay un registro exacto de mascotas, mucho menos de esta problemática. Estas personas piensan que están protegiendo a los animales, pero a veces causan una problemática mayor. Esto se ve mucho en las campañas de esterilización”.
Se reconoce que hay un esfuerzo por parte de las entidades para que este tipo de problemáticas cambie, como con la nueva ley contra el maltrato animal, pero aún hay dificultades en el ejercicio legal de esta profesión.
Alba Lucía Usa, abogada del Ttribunal de Comvezcol, afirma que “el ejercicio ilegal se ha venido incrementando en todo el país porque hay personas que consideran que al haber tenido actividades con animales en el campo, por ejemplo, o al tener una fundación para animales lo pueden hacer. Sin embargo, el único autorizado para realizar una atención a un animal es un médico veterinario. En la ley 73 del 85 en el artículo 3 se exponen las actividades del médico veterinario, como hacer operaciones a animales o imágenes diagnostico”.
Un caso reciente que le llegó a Comvezcol fue el de una persona que tenía una fundación para animales en Cúcuta y estaba realizando operaciones sin estar autorizado. “Lastimosamente, en el nuevo Código de la Policía no está estipulado que el ejercicio ilegal es una contravención. Antes se remitía a la inspección de Policía y a Fiscalía. Ahora solo lo podemos hacer con la Fiscalía. Si le llega un caso a Comvezcol de alguno de estos médicos veterinarios 'sin certificación' no podemos imponer ninguna sanción porque no es un profesional, por eso necesitamos que esta problemática sea de conocimiento público”.
El caso de un ‘falso médico veterinario’en Mocoa
El pasado 31 de marzo la avalancha que hubo en Mocoa, Putumayo, no solo dejó cientos de víctimas humanas, sino también animales que desaparecieron, quedaron en mal estado de salud o perdieron a sus dueños.
Por esta razón, fueron varias las fundaciones, personas voluntarias y médicos veterinarios que se unieron para trabajar en pro de los animales víctimas de este evento. En Mocoa, a los días siguientes de la avalancha se montó un albergue temporal en el que trabajaban fundaciones como Arca, Corazón Animal y más de 30 médicos veterinarios voluntarios, que llegaron desde distintas partes del país o de la propia capital del Putumayo.
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Fue así como junto con una gran labor de la Policía de Carabineros se realizaron tratamientos para estos animales, se dieron en adopción algunos y otros se reencontraron felizmente con sus dueños.
En medio de aquella catástrofe, se dio un caso de ‘falso médico veterinario’, denunciado por algunos veterinarios que estuvieron en el albergue temporal en Mocoa, quienes nos narraron la situación que se dio con uno de los voluntarios que se presentó como médico veterinario graduado de la Universidad Nacional de Colombia.
José Darío Camacho fue uno de los primeros en llegar al albergue, asistió a varios de los animales que llegaron al refugio y ayudó en distintas labores. Sin embargo, algunos de los médicos veterinarios notaron que no manejaba las dosis adecuadas de medicamentos y que no usaba parte del lenguaje técnico de este oficio.. Esto los alertó y decidieron pedirle su tarjeta profesional. Después de algunas disputas e incidentes, José Darío les confesó que no tenía tal tarjeta.
“Pidió en sus redes insumos que no se necesitaban porque la Policía de Carabineros los brindaban. Publicaba las facturas, pero nosotros no vimos tales compras y, por otro lado, desinformó mucho sobre la situación de los animales. El albergue tuvo que ser trasladado, por cuestión de salubridad pública, y José Darío puso en redes que estaban dejando a los animales sin techo, cuando no fue así, solo se reubicó el lugar. Todo esto ocasionó muchos problemas internos y con las personas en redes que comenzaron a irse en contra de los veterinarios”, cuenta la médica veterinaria Nicole Acosta, quien participó en el rescate y tratamiento de los animales en Mocoa.
Acosta afirma que luego de distintos malentendidos y ‘dosis erróneas’ suministradas a los animales, buscaron en las redes de Camacho su número de cédula para comprobar en Comvezcol si estaba registrado allí. “Vimos que publicaba su cédula para que la gente le consignara y con ese número nos dimos cuenta que no estaba registrado en Comvezcol. Si él hubiera dicho que era voluntario habría ayudado en otras labores, no en el tratamiento de los animales, aunque de igual forma sí colaboró en el rescate de algunos de estos”, afirma Nicole.
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Radio Nacional verificó en la página Web de Comvezcol si José Darío Camacho estaba registrado y no aparece allí. En un video que suministraron algunos médicos veterinarios se le pregunta a José Darío si estudio y responde que no. Por otra parte, llamamos al número de celular que él suministraba en Mocoa y no responde, ni tampoco por sus redes sociales.
Verificamos con la Universidad Nacional, quienes emitieron una carta dejando constancia de que José Darío no estudió en esta institución la carrera de médico veterinario.
Estos médicos veterinarios afirman que José Darío tiene muchos seguidores y gran protagonismo en redes. “La gente decía que él ayudaba sin cobrar y que no importaba que no tuviera el título, pero el problema es el de la mala práctica”, nos cuenta uno de los médicos veterinarios que estuvo en Mocoa y prefiere permanecer anónimo.
En este albergue se estima que fueron más de 30 médicos veterinarios de ciudades como Pereira, Bogotá, Mocoa, Manizales, Medellín, Caquetá y Cali.
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Así mismo, José Darío Camacho le aceptó a la periodista Pilar Cuartas, del periódico El Espectador, quien sí pudo comunicarse con él, que no era profesional en esa rama de la salud.
Fundaciones como Corazón Animal capítulo Putumayo también se han pronunciado acerca de los malentendidos que se ocasionaron en Mocoa.