'Matacandelas', el teatro viajero en el Valle del Cacique Upar
Como si fuera un paseo macondiano a conocer la nieve por primera vez, o el mar, o en este caso el río Guatapurí, los 15 integrantes del grupo Matacandelas de Medellín llegaron a Valledupar tras un viaje de más de 20 horas a bordo de tres carros particulares y en buses, para presentar su obra “Dicha y desdicha de la niña Conchita”.
“Era un esfuerzo económico grande, muy costoso viajar por avión y entonces decidimos venir por tierra. Además, uno siempre enamorado de los paisajes de este país, valía la pena conocer esta diversidad; en mi caso personal me encanta el calor de Valledupar, es como lo mío, lo tomamos como trabajo y también como paseo, como impulso para la temporada que se nos viene en diciembre en Medellín”, explica el director Cristóbal Peláez.
La Asociación Colectivo Teatral Matacandelas nació en 1979 y fue elevada a la categoría de Patrimonio Cultural de Medellín en 1991. Ya cumplió 45 años de existencia con más de 60 montajes, entre ellos 12 de títeres, y actualmente cuenta con 21 obras de repertorio.
Como en toda expedición, los teatreros viajantes algo descubrieron: “aquí el más grande descubrimiento fue Maderos Teatro, nos encontramos con un grupo que guarda una similitud muy grande con nosotros, con un equipo muy consciente, no son actores de paso, con un disco duro muy sólido, el encuentro fue maravilloso, alegre, de intercambio a través de los productos artísticos, y tienen una hermosa sede”, afirma el maestro Peláez.
En el sector cultural de Colombia y en el exterior Matacandelas goza de reconocimiento, ya que ha estado en los Festivales Internacionales de Teatro de Bogotá, Manizales y Cúcuta; también giras en Guatemala, Europa, Cuba, República Dominicana, Perú y Venezuela.
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El viaje a Valledupar y el encuentro con sus anfitriones Maderos Teatro, para la actriz, guitarrista y cantante Ángela María Muñoz, fue como “llegar a otro país, es una zona diferente a otras, donde aún hay cierta inocencia, muy bonita la ciudad y nos atendieron muy bien. La respuesta del público fue genial, nos divertimos mucho”.
Al momento de despedirlos, Deiler Arzuaga, director del grupo anfitrión Maderos Teatro, expresó su nostalgia por la partida y el deseo de que regresen algún día.
“Estamos felices por haber tenido acá a este colectivo teatral que le ha aportado 45 años de trabajo creativo al país, haber compartido con ellos, desayunos, almuerzos, cenas, y lo más importante teatro; cómo a lo largo de estos días logramos entender mucho de su trabajo, de su oficio y de sus vidas, de los excelentes seres humanos que son, haciéndonos saber que no estamos solos en el teatro en este país. Estamos nostálgicos de que se vayan, de que solo hayan sido dos funciones, pero estamos seguros de que volverán muy pronto con otro proyecto en mejores condiciones técnicas, valoramos mucho el gran esfuerzo que hicieron de viajar por tierra para estar en nuestra casa”, dijo.
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Para los integrantes de las dos agrupaciones teatrales, Matacandelas y Maderos, este viaje produjo la maravilla del intercambio de saberes y culturas a orillas del río Guatapurí, donde 'paisas' y 'costeños' se abrazaron en un solo sentir, para que “La desdicha de Conchita” ahora sea menor y su dicha tenga entonces sabor vallenato.
