En la calle 16 número 6-66 de la capital colombiana, donde se ubica el emblemático Edificio de Avianca, en el piso 23, se encuentra el Museo Internacional de la Esmeralda, un espacio creado en el 2008 por el comerciante y experto en la piedra preciosa, Alberto Sepúlveda con el objetivo principal de promover y enaltecer la riqueza natural y cultura alrededor de la esmeralda.
“Don Alberto Sepúlveda fue uno de los primeros exportadores colombianos que abrió las ferias internacionales en ciudades como Shanghai, Tucson (Arizona) en Estados Unidos, Basilea en Suiza y Munich en Alemania. En uno de sus recorridos por Europa, conoció en Brujas, Bélgica, el Museo del Diamante, un lugar muy bien organizado con muestras de orfebrería, joyería y tallado de diamante. De ahí le surge la idea de crear un espacio similar en Colombia que dignifique nuestra piedra preciosa insignia y una de las mejores gemas del mundo”, cuenta Rosita Rodríguez, cofundadora y directora del Museo.
El recinto, de más de 600 metros cuadrados, alberga cerca de tres mil piezas y objetos tallados en esmeraldas de las más hermosas gemas extraídas, muestras de otras piedras existentes en el mundo como ámbar, cuarzos rosados, amatistas, aguamarinas, onix, documentos que relatan la historia y las historias en torno a la esmeraldas y sus diferentes usos, así como una mesa de talla, taller de joyería, espacios interactivos, y una boutique con un amplio catálogo de esmeraldas en bruto y talladas y variedad de piezas de joyería.
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La visita guiada inicia en la recepción del museo donde los visitantes pueden observar un mapa ilustrativo que reseña los países poseedores de minas de esmeraldas del mundo, continúa a la sala Fura y Tena en la que se relata el origen mitológico de las esmeraldas colombianas, pasa posteriormente al túnel simulado de 27 metros formado con muestras de los depósitos de esmeraldas reales extraídas de las minas de Muzo, Chivor y Coscuez en Boyacá y Gachalá, en Cundinamarca.
“En la primera estación, llamada Gachalá, observamos una roca real conocida como lodolita o lutita con sus vetas que albergan minerales como la calcita que rodea la esmeralda y la pirita, el mineral dorado que se observa en la mitad de la roca conocido popularmente como el oro de los tontos, llamado así por su aspecto parecido al oro y que ha sido utilizado para engañar a las personas haciéndolo pasar por oro real”, explica Camila, una de las guías del museo.
Según cuenta Camila, esta zona de Cundinamarca es conocida porque allí se encontró una de las esmeraldas más grandes de Colombia siendo una de las cinco más grandes del mundo, a la que bautizaron como esmeralda Gachala, “encontrada en 1967 por una señora llamada Nidia, quien decidió venderla. Esmeralda que ahora está en el Museo Smithsonian de Washington”.
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Magia verde
El recorrido sigue por las representaciones de las minas de Boyacá (Muzo, Chivor y Coscuez), durante el cual la guía explica cómo se forman las esmeraldas, su composición, los diferentes tipos y calidades de la gema preciosa, y cómo diferenciar una real de una falsa.
“Uno de los aspectos que hacen que la esmeralda colombiana sea una de las de mayor calidad y una de las más apetecidas en el mundo es que a diferencia de las Zambia y Brasil, dos de los mayores productores de esmeraldas del mundo, es que las nuestras tienen un proceso de formación diferente pues mientras las otras se formaron a altas temperaturas en rocas volcánicas, las colombianas se produjeron en roca sedimentaria en un proceso hidrotermal que les proporciona características como brillo, transparencia, color, y dureza óptimos”, señala Camila.
La sala de exhibición, compuesta por vitrinas hexagonales en honor a la forma natural de esmeraldas, alberga variedad de ejemplares de esmeraldas como maclas, gangas, esmeraldas provenientes de Brasil, Zambia y Sudáfrica, piedras preciosas de zonas oxidadas, las esmeraldas erizos, y las trapiche, una de las piedras preciosas más raras y altamente valoradas por su apariencia única, denominadas así por su parecido con el piñón principal de los engranajes del trapiche que se utiliza para la extracción del jugo de la caña de azúcar.
Como complemento a ello, el Museo dispone de un espacio dedicado a destacar la riqueza gemológica, cultural, patrimonial y artística de la esmeralda a través de contenido audiovisual, textos, documentos y réplicas de elementos representativos.
En el taller, los visitantes pueden aprender sobre el proceso de creación de una esmeralda, observar las diferentes cualidades y características de las colecciones expuestas, y ver en vivo el proceso de talla de las esmeraldas.
El Museo mantiene exhibiciones temporales y permanentes, ofrece variedad de eventos y programas dirigidos a personas de todas las edades. Su horario va de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 5:30 p.m. y sábado de 10:00 a.m. a 5:30 p.m.
¿Quieres conocer más sobre el Museo Internacional de la Esmeralda? Visita su página oficial.