Cada cinco de septiembre se conmemora el Día internacional de la Mujer Indígena, una fecha que fue proclamada en el año 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiahuanaco, Bolivia.
Esta fecha busca visibilizar las diversas realidades que enfrentan las mujeres indígenas, como la discriminación, la violencia y la falta de acceso a derechos básicos como la educación y la salud. También se busca reconocer su papel fundamental en la preservación de la cultura, el idioma y las tradiciones de sus comunidades, así como su liderazgo en la contienda por los derechos de los pueblos indígenas.
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Ser mujer Indígena en el territorio
Las mujeres indígenas en el mundo son la representación de la madre Tierra, son las encargadas de proteger las montañas, los árboles, los animales y el hombre; son el origen de la vida y el universo porque garantizan la salvaguarda de la identidad física, cultural y territorial. Tiene una responsabilidad grande y es mantener vivas sus tradiciones por medio de la transmisión y educación propia.
“Ser mujer indígena significa la protagonista del tejido social, ser la garante de la protección cultural, es ser transmisora de los sistemas de saberes ancestrales, interpretadora de los sueños, la que se encarga y propicia la armonía y resuelve la desarmonía”, dijo Paknam Kɨma Pai, Lideresa del pueblo Awá en Putumayo.
“Ser mujer indígena es un privilegio, porque no solo te encargar de dar vida, si no, más bien de tejer proceso y a construir sociedad, es una tarea bastante ejemplar, pero bastante fuerte, ese rol que nos entregó la sociedad es bastante valiente”, dijo María Velen Medina del pueblo indígena Nasa del cauca.
Retos y desafíos que afrontan las mujeres indígenas
Las mujeres indígenas somo como las piedras, son fuertes, residentes y sobreviven a múltiples de violencia como la descremación, la desigualdad, falta de oportunidad en educación, salud, etc.
Según mayores, sabedores culturales e historiadores propios indígenas cuentan que el inicio de la violencia contra las mujeres surgió con el descubrimiento de América donde las mujeres fueron sometidas a trabajos de servidumbre. Por otro lado, las afectaciones y el impacto del conflicto armado en el país.
“Vivimos con miedo todo el tiempo, porque sigue la violencia, asesinan a nuestros esposos, hijos, y a nosotras las mujeres nos toca cargar con el dolor y sacar adelante solas a las familias”, dijo Paknam Kɨma Pai.
De acuerdo con el informe del presente año de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Mujeres Indígenas: Nuevas Protagonistas para Nuevas Políticas” uno de los problemas que enfrentan los Estados y la sociedad para luchar contra las desigualdades étnicas y de género es el vacío en la disponibilidad de datos sobre las condiciones de vida de las mujeres indígenas.
El documento añade que “la información es una herramienta fundamental para el diseño y el seguimiento de políticas de igualdad y para la promoción de los derechos humanos, de allí que la demanda por visibilizar a las mujeres y los pueblos indígenas sea un reclamo recurrente en la región, tanto de parte de los Estados como de las propias organizaciones de mujeres indígenas”.
Aportes Sociales de las Mujeres Indígenas
Tienen una sabiduría única y autentica en el cuidado de los ecosistemas, a través de los saberes ancestrales, juegan un papel fundamental en poner en práctica iniciativas que focalizan la conservación y que integran los valores culturales, así como los sistemas de gobernanza tradicionales.
“Nuestra lucha no es de ahora, ha sido desde hace muchos años atrás, las mujeres somos orientadoras y transformadoras en los territorios, trabajamos en defensa de los derechos humanos, de género, por los niños, por nuestro pueblo, por la seguridad alimentaria, somos sabias”, manifestó Erin Daniela Moscote Silva del Eirruku Apshana, indígena Wayúu de la Guajira.
En los últimos años, las mujeres indígenas desde sus habilidades y sapiencia y con el propósito de proteger la biodiversidad han venido tejiendo iniciativas y procesos.
Huyendo de la violencia del conflicto armado en Colombia, varias mujeres indígenas del pueblo arahuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta abandonaron sus territorios hace aproximadamente 15 años, En la ciudad de Santa Marta encontraron en la venta de sus artesanías y mochilas una forma de sobrevivir. Allí iniciaron una pedagogía sobre el valor espiritual y ancestral de sus creaciones.
Así se constituyó la asociación Wirakoku, que significa dignificar el trabajo de las mujeres arhuacas.
Creamos la asociación Wirakoku, en la que iniciamos como veinte mujeres y ahora somos más de 200 que hacen parte de la iniciativa", contó Lucelis Torres, líder de Wirakoku.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también ha hecho un llamado para visibilizar el rol esencial que tienen las mujeres indígenas en la valiosa tarea de conservar y resguardar la identidad de sus pueblos, revalidando su derecho para que sus voces y la riqueza cultural que representan se escuchen fuerte y claro.
La Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) acogió en 2022 la recomendación sobre los derechos de las mujeres y niñas indígenas en donde se solicita a los Estados que desarrollen y apliquen políticas integrales para la protección de sus derechos humanos.