San José de Isnos, ubicado al sur del departamento del Huila, fue uno de esos lugares que la pandemia permitió potenciar sus atractivos turísticos y así ofrecer mejores servicios a visitantes. Un recorrido por estas montañas que habitan de manera cercana con el macizo colombiano y que permite los primeros pasos al majestuoso río Magdalena.
El cañón del Magdalena permite una vista muy bella donde se observa de manera serpenteante el río, y sobre él se han venido construyendo espacios turísticos que utilizan materiales sostenibles producidos por la naturaleza y que logran una arquitectura y diseños llamativos.
María Angélica Camacho, integrante del equipo del Mirador del Magdalena, mencionó que todo se fue ideando a la medida en que se iba construyendo, con la idea de desconectarse de la ciudad, “con materiales como la salvajina (que crece en los árboles), palos de café haciéndole honor a la zona cafetera, hojas de caña, entre otros”. Son también espacios inspirados en las estatuas de la cultura agustiniana.
Deportes extremos
Un amplio sector del municipio es conocido como El Mortiño, allí se encuentran emprendimientos que han ido creciendo y hoy ofrecen los deportes más extremos, el parque Adrenalina Extrema y el Salto del Mortiño han conectado lo que ofrece la naturaleza como el cañón del Magdalena y las cascadas para potenciar este tipo de deportes. Allí encuentran un puente de cristal que permite caminar arriba de la cascada que mide 207 metros, bicicletas aéreas que se conectan a través de un arnés y canopys de más de 500 metros de largo que atraviesan los caudales de las fuentes hídricas.
Yuly Paola Bolaños Aguilar, quien coordina estos deportes extremos, dice que la pandemia no ha sido fácil, pero que en la actualidad se está incrementando la participación de turistas locales del departamento, y se espera que de a poco comiencen a llegar de otras regiones del país.
Turismo de naturaleza
Otros lugares en Isnos ofrecen experiencias desde el reconocimiento de la naturaleza, de la fauna y flora que habita y es característica de los territorios. Es el caso de la finca El Manantial donde se encuentran hasta 200 especies de orquídeas nativas de la región. También se encuentra allí ubicado el único mariposario del departamento.
“Llevamos más de tres años yendo tras las mariposas, recuperando las plantas donde ellas se formaban y llevándolas a un lugar, luego se realizó el encierro y ya le dimos apertura al mariposario desde hace un año”, mencionó el señor Jairo Pabón, quién lleva más de 22 años en este trabajo de recuperación de la biodiversidad, pero que solo hasta hace poco decidió hacerlo visible.
“Queremos que esto sea para niños, jóvenes y para la sociedad. Que no solamente la gente piense que cultivamos caña, café y ganado, sino que hay otras alternativas, porque para mí, esto es un cultivo de vida”, agregó el señor Pabón.
Por su parte, Yasmín Samboní, encargada del área de Turismo desde la alcaldía de San José de Isnos, contó que este municipio cuenta con la convergencia de tres culturas: la opita, la nariñense y la caucana por sus cercanías geográficas; así como se goza de diversos pisos térmicos que posibilitan la siembra de frutas como papaya y guanábana, café y diversos cultivos de pancoger. “Este municipio es reconocido por la panela y todos los dulces derivados de ella”, puntualizó.
El gobierno municipal de Isnos se ha venido articulando con el Ministerio de las TIC y Fontur para mostrarle al mundo toda la riqueza que tiene el territorio, y más en épocas en que la implementación de los acuerdos de paz ha permitido redescubrir este y muchos otros lugares.
La arqueología desde la cultura agustiniana
Isnos también cuenta con parques arqueológicos de la cultura agustiniana, que datan de épocas muy cercanas a las de San Agustín. El Parque Los Ídolos fue declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco, dado que contiene piezas de una talla artística que no se encuentran en ningún otro lado del mundo.
Estas esculturas talladas en lava volcánica, de acuerdo a lo mencionado por el señor Ángel Galíndez del Instituto Colombiano de Antropología e Historia ICANH, “representan una forma elegante y sofisticada de enterrar a sus muertos, lo hacían a través de montículos artificiales con monolíticos, es decir, ataúdes en piedra. Según los estudios de carbono 14, esta cultura existió entre el siglo I a.C. y el siglo III d.C.”.
Finalmente, la cultura de la región continúa siendo parte de esas atracciones turísticas que se han venido construyendo. Es el caso de Mayú, un guardián indígena que siempre está custodiando las aguas del río Magdalena, es una historia del macizo colombiano que hoy se plasmó en un gran monumento que mira hacia el cañón del río. Es una estructura que tiene la forma de un hombre, pero también partes de animales y de árboles. Según la leyenda, cuida el nacimiento de las aguas y hoy su similar sube al hombre a quienes lo visitan y desde allí observan el paisaje.