En esta semana se conmemoran los 200 años de la Constitución Política de 1821, sancionada en Cúcuta el 6 de octubre de ese año, con el objetivo de crear una entidad territorial que se ha denominado la Gran Colombia, mediante la unificación de Colombia, Panamá y Venezuela, además de ratificar a Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, como presidente y vicepresidente de la República, respectivamente.
Este hecho es de vital importancia en el país, ya que, a partir de ese momento, se declara la independencia total de la corona española, dando lugar al proceso de construcción social, política y administrativa. Por tanto, este hecho refuerza la lucha participativa que tuvo la sociedad en este periodo inicial.
Lo que se conoció como la Gran Colombia, en ese entonces, estuvo conformado por Nueva Granada (actuales Colombia y Panamá) con Venezuela, alianza a la que más tarde se unió Ecuador, al estar persiguiendo el mismo ideal de independencia de Simón Bolívar.
El norte de la provincia de Santander, especialmente su capital, Cúcuta, así como las ciudades de Ocaña y Rosario, conocidas como el ‘Valle de Cúcuta’, en el siglo XIX, eran importantes puntos para comercializar cacao, textiles y otros productos agrícolas provenientes de Maracaibo.
Debido a esta importante localización, esta zona era un punto imprescindible para pasajeros que querían conocer el mar Caribe y Cartagena. Además, se había convertido en un centro de comunicación y conferencias para quienes lideraban la lucha y apoyaban la independencia.
Villa del Rosario, en ese momento, era considerada una pequeña capital y sede del gobierno de esa época, debido a las reuniones que organizaban las gestas independentistas y a día de hoy se destacan.
La victoria militar del ejército independentista era inminente, solamente se necesitaba un proyecto constitucional para dar forma a la filosofía organizativa que manifestaban sus líderes. Por ello, el 30 de agosto de 1821 se proclama esta Constitución creada en Cúcuta, para reconstruir las normas vigentes y redefinir las condiciones de funcionamiento de la nueva República, creando así la Gran Colombia, con el fin de seguir el sueño de la liberación impulsado por Simón Bolívar y avanzar hacia el sur del continente.
Con la nueva carta magna en marcha, se logró abolir y reducir muchos impuestos coloniales; se revocaron los aranceles internos y el comercio justo en las ventas de alimentos; los pueblos indígenas fueron declarados ciudadanos, junto a la supresión del tributo que se les imponía y pagando el mismo aporte que el resto de la población. Así mismo, se suprimió el monopolio del alcohol, la esclavitud y su tráfico, pero se mantuvo el sistema existente de esclavos y sus hijos, hasta que llegaran a la edad adulta.