Adaulfo Enrique Herrera, músico experto en el acordeón y talentoso compositor de inmemorables canciones, jamás pensó que un “amor de papelitos” le llevara a triunfar en el mundo de la música vallenata. Además, las suaves y melancólicas melodías que provenían de su acordeón, le permitieron conectarse con sus sentimientos, aquellos que habían sido afligidos por la incomprensión de un amor de su juventud.
“No sé por qué quiero tanto a esa mujer incomprensiva, que siempre me va llevando a la tristeza y el dolor, ya yo estoy cansado del engaño y las mentiras, que lleva a mi pobre vida al desespero de amor”.
´Mujer incomprensiva´ fue una canción que Adaulfo compuso, cuando el dolor de su corazón acortó su voz, pero inquietó a sus manos, pues pudo plasmar en letras escritas en papel y en melodías a través de su acordeón, sus más profundas emociones; “Cuando tenía tan solo 12 años, estudiaba en el municipio de Fundación, Magdalena, allí, conocí a una niña, muy hermosa, nos hicimos amigos, pero su belleza era tan cautivamente, que me enamoré perdidamente, a pesar de la amistad, traté de expresarle mi amor a través de papelitos, pero nunca me correspondió, y rompió mi corazón, años después, cuando ya era un adulto, recordé y sentí nuevamente esa primera ilusión y así nació esta canción”, expresó.
Adaulfo Herrera es un reconocido cantante, acordeonero, poeta y compositor del municipio de Sabanas de San Ángel, Magdalena. Nació un 28 de agosto de 1949 y a sus 74 años recuerda cómo fueron sus primeros pininos en el mundo de la música vallenata.
“Cuando era niño, en el año 1956, no había escuelas de música, quien quisiera aprender a tocar el acordeón, debía acercarse a los maestros de la época como Pacho Rada, Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta y Andrés Landero. Sin embargo, en la finca de mi padre, un primo llamado cariñosamente ´el negro Herrera´ hermano de Miguel Herrera, tenía un acordeón, yo lo tomaba cuando él salía a labrar el campo y me ponía a ensayar, a pesar de que siempre me lo escondía, lograba encontrarlo y desde ahí supe que nací para la música, pues aprendí a tocarlo de manera empírica”.
El interés de Adaulfo por la música vallenata motivó a su padre, José de los Santos Herrera Díaz, y a su madre, Adelaida Esther Castrillo Tovar, a adquirirle su primer acordeón en el año 1966. Esta iniciativa fomentó su confianza y le llevó a convertirse en un consumado intérprete y creador de música en este género. En la actualidad, cuenta con un repertorio de más de 30 producciones musicales.
Su primera composición, resultó, cuando era tan solo un niño, “salí a refrescarme a un estanque, rodeado por un bello paisaje, que estaba a unos 300 metros de la finca de mi padre, ya tenía 7 años, y cuando regresé a casa, tomé el acordeón, una hoja y un lápiz, y con una inspiración casi divina, escribí mi primera canción ´La Sampuesana´ que toqué siendo tan solo un niño” recordó.
Adaulfo Herrera, en su afán por ser un profesional, pasó por distintas universidades, donde cursó semestres de economía y filosofía. Sin embargo, el tiempo que pasaba tratando de dominar a la perfección el acordeón, impidió que culminara sus estudios.
En medio de su andar por las letras y las notas de su instrumento, Adaulfo logró convertirse en un aviador profesional, con más de 20.000 horas de vuelo a nivel nacional. La mezcla entre ambas pasiones hizo que en el año 1979 creara junto a su primo, el reconocido cantante Miguel Herrera, el dúo ´Los Copilotos del Vallenato´, con quien grabó su primer LP titulado: ´Te estoy necesitando´, que compiló 10 canciones, entre las que se encontraba ´Mujer incomprensiva´, que los catapultó al éxito.
Años después, tras el éxito arrollador de ´Mujer Incomprensiva´ y de la separación del dúo, Miguel Herrera la vuelve a grabar, pero esta vez con el acordeón del rey vallenato Raúl el Chiche Martínez para su álbum ´Fiesta Vallenata´ del ya desaparecido sello CBS. También la grabaron artistas reconocidos como Joaco Pertuz, Beny Charris, Óscar Medrano, Argemiro García y Enrique Diaz.
Para hacer un balance entre la tristeza de un amor incomprendido del pasado y la felicidad del presente, de manera espontánea logró componer otro éxito musical, se trataba de ´Que bonita que es la vida´. “La hice cuando montaba a caballo, saliendo del pueblo para la finca, mientras galopaba comencé a cantar ´Qué bonita que es la vida con el pasar de los años…´ Y cuando llegué, lo primero que hice fue salir corriendo a buscar un lápiz antes de que se me olvidara la letra. Me tocó coger un pedazo de carbón del fogón y, en la pared, escribí el primer verso. Más tarde, cuando conseguí lápiz, lo pasé en una hoja de papel. Así, terminé la canción donde cuento un momento maravilloso de mi vida”.
Su legado y aporte al folclor vallenato
´Mujer incomprensiva´ y ´Que bonita que es la vida´ son dos grandes composiciones del juglar Adaulfo Herrera, que continúan siendo las más interpretadas en el Festival Vallenato que se desarrolla año tras año en Valledupar, en todas las categorías, ya sea profesional, aficionado, juvenil, infantil y la recién nacida categoría profesional femenina, pues permite demostrar por parte de los participantes, cadencia, solvencia, destreza y habilidad en el acordeón.
Desde que Adaulfo tiene memoria, ha asistido como espectador al Festival de la Leyenda Vallenata “Me llena de mucha satisfacción y orgullo, escuchar a niños, jóvenes y adultos interpretar mis canciones, me hace pensar con gran alegría que mi existencia no fue vana, pues después de mi muerte, mi nombre y mis canciones escritas con el corazón continuarán siendo recordadas".
“Mujer incomprensiva” hace parte de las memorias y los grandes éxitos de la música vallenata, pues conservan la esencia del vallenato tradicional, aquel que nació en el campo colombiano.
“Cuando tenía 11 años, a la casa de mis abuelos, llegó Luis Enrique Martínez ´El pollo vallenato´, mi padre le insistió en que me prestara su acordeón para que entonara una canción y conociera mi talento, sin embargo, no me lo permitió, pues era tan solo un niño, flaquito, un palillito como me decían de cariño”.
Años después Luis Enrique Martínez regresó al pueblo cuando Adaulfo ya era todo un profesional del acordeón. “Nos hicimos buenos amigos, tanto, que cada que llegaba al pueblo, se hospedaba en mi casa, cantábamos juntos, verseábamos juntos…” finalizó Adaulfo Herrera con gran orgullo.