Pasar al contenido principal
CERRAR

Cinco hitos discográficos del rock colombiano

Celebramos a nuestra manera esta fiesta internacional con cinco hitos discográficos del rock colombiano.
Hitos discográficos del rock colombiano
Foto: Colprensa
Luis Daniel Vega

El 13 de julio de 1985, entre el Estadio Wembley de Londres y el John F. Kennedy Stadium de Filadelfia, se celebró la primera edición del Live Aid, un concierto benéfico para ayudar a las víctimas de la sequía y la hambruna en Etiopía y Somalia. Impulsado por el activista Bob Geldof, el evento congregó a más de cincuenta celebridades del rock dentro de las que se encontraban, entre otros, Elton John, Queen, Paul McCartney, The Who, Neil Young, Eric Clapton, Bob Dylan, Duran Duran, U2, Elvis Costello, Sting, David Bowie y Dire Straits.

El crucial evento, transmitido en vivo y en directo en 72 países del orbe, quedó inscrito en la cultura popular a tal punto que a partir de ese año se conmemora la fecha con el Día Mundial del Rock. Celebramos a nuestra manera esta fiesta internacional con cinco hitos discográficos del rock colombiano.

El primer rocanrol con acordeón

Las primeras grabaciones que realizó el acordeonista barranquillero Morgan Blanco se registraron en Cartagena y las editó Discos Fuentes. Fueron catorce canciones, a ritmo de cumbia, guaracha, paseo y rock and roll, impresas en siete sencillos publicados entre 1957 y 1958 por Carlos Román y su Sonora Vallenata. Con los años, una de ellas se convirtió en un clásico del rock nacional. Se trata de “Very very well”, cuya marca indeleble gravita entre la letra desparpajada y el destartalado diálogo melódico que sostienen el acordeón y la guitarra, esta última, probablemente interpretada por Sofronín Martínez. Junto a “Okey baby”, también firmada por Carlos Román y su Sonora Vallenata, y “Gran ritmo”, de Los Teen Agers, son los primeros documentos fonográficos del rock colombiano.

14 impactos juveniles

A finales de 1965 el lanzadiscos Alberto Gómez se reunió con Pedro y José María Fuentes y les propuso hacer el equivalente de los ‘14 Cañonazos Bailables’, pero con algunos de los talentos emergentes de la Nueva Ola colombiana. En febrero de 1966 empezaron las grabaciones del disco cuya banda base estuvo integrada por Aníbal Ángel en el piano eléctrico y los arreglos, Harold en la guitarra y la dirección musical, Édgar Ávila en el bajo y Manuel Jiménez en la batería. Dentro de los talentos seleccionados para la antología se encontraban Juan Nicolás Estela, Harold Orozco, Los Yetis, Tommy Arraut y Luis Fernando Garcés, quienes fueron promocionados gracias a una impresionante campaña publicitaria que incluyó, además de un despliegue en prensa y televisión sin precedentes, estrategias inverosímiles como esparcir sobre el cielo medellinense miles de fotografías con los rostros lozanos de los nuevos ídolos de la juventud.

Rodrigo D. No Futuro

De las escasas bandas sonoras del cine colombiano que han llegado a publicarse en formatos fonográficos, la de ‘Rodrigo D. No futuro’ es bien recordada por su brutal oscuridad. Entre el drama de la juventud abocada al sicariato y el declive de una ciudad sitiada por el narcotráfico, Víctor Gaviria logró sintetizar el desencanto con una banda sonora descarnada en la que, sin habérselo propuesto el director antioqueño, quedó retratada la movida del punk y el metal medellinense de los ochenta. Las canciones incluidas en el vinilo original fueron grabadas en Medellín durante junio de 1988 en el estudio Chava Bluss donde se dieron cita agrupaciones que hoy ya son leyenda: Pestes, Mutantex, P-Ne, Amén, Ekrión, Agressor, Profanación y Mierda.

La tierra del olvido

Luego del éxito de ‘Clásicos de la provincia’ (1993), el sello Sonolux puso al servicio de Carlos Vives un presupuesto multimillonario para producir ‘La tierra del olvido’. Creado de manera colectiva entre una finca paradisiaca a orillas del mar Caribe en Santa Marta, y otra en Santandercito, Cundinamarca, el disco contó con la participación de Iván Benavides, Egidio Cuadrado, Teto Ocampo, Mayte Montero, Gilbert Martínez, Carlos Iván Medina y Pablo Bernal, quienes, en una suerte de recogimiento hedonista, le dieron forma once canciones que le dieron un giro definitivo al rock colombiano. “La tierra del olvido”, quizás la tonada más recordada de la grabación, toma su nombre de una línea de ‘El amor en los tiempos del cólera’ y está inspirada en la progresión armónica de “Tu amor”, una canción original de Pedro Aznar y Charly García.

El Dorado

Apoyado por Culebra, el sello alternativo de la multinacional BMG Ariola –que, entre otras, incluyó en su catálogo a La Derecha y 1280 Almas–, en 1995 apareció ‘El Dorado’, un disco que definió el rock colombiano en los noventa y catapultó continentalmente a la agrupación de Andrea Echeverry y Héctor Buitrago. La portada iba a ser un montaje de la Virgen María y la cara de la cantante, pero se desechó a última hora para evitar un escándalo mediático en el país del Sagrado Corazón. Punk, ranchera, reggae, sonidos latinos y una iconografía alimentada por símbolos locales como la Avenida Caracas, San Victorino, el Cartucho y el 20 de Julio hacen parte de este clásico que casi tres décadas después, se escucha fresco y atemporal, tal cual queda evidenciado en esta línea irónica de “Colombia conexión”: “Pobre Colombia irredenta, desnuda, fría y hambrienta, y a diario tan descontenta con la crisis turbulenta… pero el bien germina ya”.

Artículos Player

ETIQUETAS