La música de Joaquín Emilio Bedoya Gómez se caracteriza por su estilo picaresco y de doble sentido, sin llegar a ser vulgar. Tal como se lo explica a Alberto Burgos en su libro “La música parrandera paisa”: “Siempre poniéndole un poco de picardía, claro que no muy fuerte, porque si uno lo hace muy vulgar no sirve para las casas, pues en las casas hay niños”. Para José I. Pinilla, en su libro “Cultores de la música colombiana”, “Bedoya escribió un capítulo aparte de la llamada música parrandera de todos los tiempos, y por eso merece estar en las primeras páginas de todo escrito que se haga en Colombia”.
Joaquín Bedoya nació en 1943 en Frontino, Antioquia. Sus inicios en la música se dieron de la mano de José A., su hermano mayor, quien ya había cobrado fama como pionero de la música guasca. Fue él quien le enseñó a tocar la guitarra, y al lado suyo y de su también hermano Agustín conformó la trilogía familiar más importante de la música parrandera paisa.
Su primera grabación, según recordaba, fue compuesta por los temas “El espanto” y “Desconfíale a las mujeres”, grabadas para Discos Victoria hacia 1960. Luego llegarían sus primeras composiciones, “El relojito” y “El fiambre de Estela”. Algunas de esas piezas, como “La juventud” y “La negra contenta”, fueron grabadas por El Combo de las Estrellas y Policarpo Calle. En 1975, al lado de Adriana Holguín y José Muñoz integró el grupo Los Raros, bautizado así en homenaje al clásico tema “Como yo soy tan raro”, de Gildardo Montoya.
En total grabó más de 50 producciones discográficas, y siempre será recordado por temas ineludibles en todo diciembre como “Aguardiente pa’l chofer”, “Échele más agua a la sopa”, “El corbata gastador”, “El doctor sardinero”, “La dulce toma”, “El ñanga ñanga”, “Las veteranas” y “El farol borracho”, entre otros.