Por iniciativa de la dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional, Andrea Echeverry Y Aterciopelados presentan 'Ovarios Calvarios: Un canto de sororidad por las víctimas de violencia sexual en Colombia'.
Todo esto con motivo para conmemorar los 40 años del Día Internacional de la NO Violencia Contra La Mujer, que estará abierta desde el 26 de noviembre esta instalación artística en el Claustro de San Agustín en el centro de Bogotá.
Se trata de una acción de resistencia donde la fuerza frágil, rota y remendada de la cerámica de Andrea Echeverri se une a tres poderosas canciones, ‘Ovarios’, ‘No se viola’ y ‘Plañidera’, para transformarse en rostros, tetas, vaginas, consignas, lágrimas, espejos, música, videos y denuncia.
En 'Ovarios', la lacrimógena sinfonía, la hermosa hembra 'Sin miedo' engalana el conjuro de "ser de quien ya nunca más se aprovechará el macho abusivo". Su video soñado por Dorsal Caracteres y Tastuanarte es un aquelarre, un aullido sororo, furioso y hermoso por respeto a la vulva mítica.
En 'No se viola', Andrea y La Muchacha Isabel, cositas serias, sin pelos en la lengua, en ritual ardiente la pintan con spray fluorescente, blandiendo licuadoras de vergas violadoras y vaginas/guillotinas. Video documental de fogata y stencil, de proceso creativo, por Juan Andrés Moreno y Antonio Mariño.
En 'Plañidera', Atercios y Las Añez pegan un alarido sofisticado, profundo y armónico: "no es campo de batalla el cuerpo femenino", y luego de muchas canciones, somos las trillizas candelarias, que siguen juntas construyendo puentes. Video por Diana Rico, misma que dirigió la 'Florecita Rockera dorada', y que en esta ocasión animó con genialidad las piezas sobre tierra negra y barro crudo, la génesis del arte curativo. Mi lacrimógeno vestido es creación de Paula Juliana Pérez y el tocado por Joyas Blandas.
Las canciones y sus videos se verán y escucharán en loop transformador desde el 25 de noviembre en las plataformas digitales de Aterciopelados, en su canal de Youtube y en el canal de la Dirección de Patrimonio Cultural.
“Escribí las canciones y empecé a construir rostros llorando. Plañideras derramando gotas de llanto. Luego vinieron cuerpos, gotas de sangre que fluyen de vulvas con clítoris dorados, gotas de leche que brotan de tetas color tierra. Todo chorrea, derrama, llora. Las vulvas son espejos, así que te ves como naciendo, y llevan nombres de niñas y mujeres víctimas de violencia sexual. Y los letreros, pedazos de lírica de estas mismas canciones, palabras quemadas al fuego y esmaltadas con rojo brillante, reiterando que "mi cuerpo no es un botín, tu miembro no es un fusil”, comentó Andrea Echeverri.
Una vajilla pintada por La Muchacha Isabel, que además de poseer un poderoso canto es dibujadora deluxe. Ella, con delicadeza y exquisito color, pinta en platos cotidianos la manada sorora, las heridas, el respeto.
Un homenaje a las mujeres víctimas de violencia sexual, un acto de sororidad para recordar y abrazar a Jineth, a Rosa Elvira, a Yuliana, a Allison, a Salomé, a Laura, a María Jovita, Angela, Maritza, Camila, la manifestante, la patrullera, la niña embera y todas las mujeres que han sido violentadas sexualmente.
Con curaduría de María Belén Sáez de Ibarra esta exposición estará abierta al público hasta el 29 de mayo 2022 en el Claustro de San Agustín de la Universidad Nacional de Colombia, con entrada libre.