En pleno apogeo del hippismo en el mundo, Colombia no podía abstraerse de esos efluvios. Y por supuesto, tuvimos nuestro propio Festival de Woodstock. Se llamó Festival de Ancón, y se desarrolló muy cerca de Medellín, en el municipio de La Estrella, en la zona de Ancón Sur. Las más importantes bandas de rock del país se reunieron durante tres días, entre el 18 y el 20 de junio de 1971, para hacer su propia versión de un evento que reunió paz, amor y música. El evento fue iniciativa de un hippie antioqueño, Gonzalo Caro, conocido como Carolo.
Él mismo recordaba cómo llegó la idea a su mente, como una suerte de nebulosa producto de un viaje psicodélico mientras se encontraba en una playa en San Andrés, compartiendo con los representantes del Nadaísmo que se habían autoexiliado allí. Luego de viajar a Bogotá para hacer contacto con las posibles bandas participantes, decidió concretar el sueño con el apoyo de otros dos líderes de la juventud de aquel entonces, Álvaro Díaz y Humberto Caballero.
El viernes 18 de junio se dio inicio a tres días de música, paz y amor a la colombiana. Pese a que Carolo había solicitado permiso para usar un coliseo, el director del Departamento de Cultura de Medellín, el poeta Jorge Robledo Ortiz, les recomendó y facilitó la explanada a las afueras de la ciudad donde finalmente, tras erigir una caseta que fungió como escenario, se desarrolló el evento.
Más de 15 bandas de Bogotá, Cali y Medellín encabezaron el legendario Festival, entre ellas conjuntos míticos como La Columna de Fuego, La Planta, la Banda de Marciano, Terrón de Sueños, La Gran Sociedad del Estado, Hope, Los Flippers, Los Riders, Galaxia, Stone Free, Johnny Richard y otras agrupaciones pioneras del rock de aquel entonces. Incluso miembros de combos de música tropical como Los Graduados y Los Black Stars decidieron dejar por un momento sus fueron bailables para unirse al ambiente y hacer algo de rock.
Más allá de toda expectativa y pese a la lluvia y a la inexperiencia de los realizadores, el evento representó un éxito de concurrencia (las crónicas hablan de entre 30.000 y 70.000 espectadores) y un encuentro de amor y paz al estilo colombiano. Todo ello a pesar de tener en contra a los sectores más tradicionales de la capital antioqueña incluyendo su arzobispo, monseñor Tulio Botero Salazar, que anunció la excomunión de todos los presentes, y a la destitución, varios meses después, del alcalde Álvaro Villegas, que en su momento aprobó el Festival. Medio siglo después, el evento trascendió como un notable eslabón en la incipiente historia del rock colombiano.
Esta semana se conmemoran los 50 años del Festival de Ancón, un antes y un después para nuestro rock. Y los músicos que participaron del encuentro son nuestros Artistas de la Semana.