Antes de la pandemia, Alfredo de la Fe se encontraba haciendo planes, siempre con la idea de hacer nuevas canciones, algunas colaboraciones y tan activo como cuando inició, hace más de 50 años, en el mundo de la música, pero dentro sus más grandes alegrías estaba el empezar a planear el cumpleaños número 100 de su mamá.
Sin embargo, el Covid-19 lo golpeó de frente, y ella, en Nueva York, fue una de sus víctimas en el pico más alto de esta pandemia en la llamada Capital del Mundo, por lo que la familia tuvo que mantener el cuerpo de su mamá, por más de 20 días, en un congelador porque las funerarias se encontraban trabajado a su máxima capacidad.
Son los golpes de la vida que en ocasiones parece que no podrá recuperarse, pero luego recuerda bien, que así ha sido buena parte de sus 66 años en esta tierra, entre grandes alegrías y el estar a la deriva en una balsa con la que intentaba llegar a tierras estadounidenses, así como la batalla diaria en contra de las adicciones en la que cayó en medio de la fama y la juventud, por lo que esta pandemia, fuerte y dolorosa, no lo ha amilanado, continúa haciendo música, con su violín en mano y realizando conciertos vía streaming cada vez que puede.
La Fe no se pierde, como lo dicta su nombre y el título de su más reciente canción, ‘Barranquilla tiene fe’, que cuenta con la participación de Fausto Chatella, Iván Villazón y Checo Acosta, siendo un tributo a una ciudad y a un pueblo que le recuerda tanto a su natal Cuba, con su raza caribeña, su cultura y su frescura que en ocasiones es difícil de entender, pero que al final, hace parte de una identidad única y de gran valor.
En La Arenosa
-¿Cómo surgió la idea de esta canción ‘Barranquilla tiene fe’?
Yo soy colombiano desde hace muchos años, pero a Cuba uno nunca se lo saca del alma, y tengo una afinidad muy grande con Barranquilla, que es muy parecida a la cubana con su alegría, que siempre te hace sentir muy bienvenido. Voy a menudo y tengo grandes amigos.
Cuando empezó esta pandemia yo acababa de llegar de Nueva York, porque mi mamá de 99 años de edad había acabado el morir por la pandemia, lo que me afectó completamente, aunque escogí recordar a mi madre por lo lindo, por las cosas buenas que vivimos y yo sé que desde donde esté me está mirando.
En ese momento que estaba tan bajo de nota, Barranquilla estaba en su peor crisis del Covid-19, unos amigos de allí me hicieron la sugerencia de por qué no hacerle un tema a Barranquilla. Alfredo de la Fe, Barranquilla tiene fe y la escribí de una.
-¿Y los invitados?
Tengo la fortuna que Fausto Chatella, que para mí es una de las mejores voces de Colombia, junto a Iván Villazón, uno de los grandes del vallenato, que nunca había cantado salsa pero es un gran conocedor, y Checo Acosta, uno de los grandes de Barranquilla.
Son tres personas que no solamente quiero, son grandes artistas y son personas de luz. A mí Barranquilla me lo ha dado todo.
-En la canción le rinde tributo a la música de la ciudad, como al Joe Arroyo...
Joe Arroyo fue tan amigo mío que hasta hoy no me he atrevido a borrar nunca su número de celular de mi teléfono, porque vivimos momentos muy lindos. Muchas de sus producciones las realizó con Discos Fuentes, y yo siempre tomaba el turno de la mañana y el Joe en la noche, porque le encantaba la noche.
-¿Manteniendo siempre la fe?
A veces la gente dice que Dios no se manifiesta, pero uno le pide a Dios y a veces viene una señora en la calle vendiendo dulces y te dice: ‘Que Dios te bendiga’, y no se dan cuenta que esa es la respuesta de Dios.
Cuando yo nací yo me estaba muriendo. Mi padre me cogió los brazos y se fue a la iglesia, y se fue desde la puerta hasta el altar de rodillas y yo me salvé. Cuando salí de Cuba estuve 16 días perdido en el mar en medio de una tormenta y me salve. Todo eso qué quiere decir, que Dios nunca me ha abandonado.
Estamos en pandemia, en medio del miedo y la incertidumbre, sin saber qué va pasar, pero si pones en una balanza las cosas buenas, y las no tan buenas, nos damos cuenta que nunca nos ha dejado solos.
Todo esto hace que uno haga canciones como ‘Barranquilla tiene fe’, porque viene inspirada de un poder superior que está presente y que nunca nos abandona.
En pandemia
-¿Cómo ha tratado de lhacer frente a esta situación por la pandemia?
Cuando empezó todo esto, era inevitable no caer en la desesperación y preguntarse: qué voy hacer. Pero luego empecé hacer rumbas virtuales donde la gente se conecta, donde interpreto las canciones y les cuento algunas anécdotas, como cuando vi a Celia Cruz sin peluca, cuando le robé en un avión un zapato a Tito Puente, tocando todo tipo de música.
Me he dado cuenta que por el tema de la pandemia, terminé en estas serenatas virtuales, conectando con muchas personas que no pensé llegar a conectar.
-También usa sus redes digitales (@Alfredodelafe) para ayudar...
Estamos tratando de hacer una labor con los adictos, dando consejos. Yo como buen adicto, porque la adicción no tiene cura, aunque llevo más de 30 años que no consumo, pero si empiezo a jugar con ella, estaré peor de cuando paré. De todo esto hablamos en mis redes.
-¿Cómo ha visto el tema del arte y la música en medio de esta pandemia?
Los artistas somos los que más llevamos del bulto en esta emergencia, siendo los últimos en reactivarnos, y no sólo para los músicos, también para todos los que estamos en el entretenimiento, en el arte.
El gobierno no nos está ayudando a los artistas como sucede en otros países. Un país sin música, sin teatro, sin pintura, sin escultura, es un país que no tiene cultura. Hay muchos artistas que están pasando hambre, que están durmiendo en la calle.
-¿Cómo ve la música hoy?
El virtuosismo en la música ha quedado a un lado. Pienso que hoy en día no es el momento del músico virtuoso, sino aquel que transmite una magia, una energía, que tiene una gran cantidad de ingredientes, que lo hacen apetecible para su público.
Pero todo esto se da a través de los años, con la experiencia, porque cuando hice mis primeros discos yo quería tocar miles de notas en un compás para que todo el mundo viera lo bueno que yo era. Con los años, ya uno adquiere otra cosa, con esa capacidad de transmitir miles de cosas con una sola nota. Esa es mi búsqueda de hace muchos años, transmitir.