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Una despedida a tres grandes de nuestra música

Un homenaje a la memoria de tres músicos representativos de nuestros aires tropicales.
Radio Nacional de Colombia

La semana pasada fue de grandes pérdidas para la música en Colombia. Al fallecimiento sensible de Abelardo Carbonó (1948 – 2021), padre de la champeta criolla a quien le dedicamos nuestra programación la semana pasada, se sumaron otras tres partidas. Radio Nacional se hace partícipe de los homenajes a la memoria de tres músicos representativos de nuestros aires tropicales.

Luis Eduardo “Lucho” Campillo (1935 – 2021)

Nacido en 1935 en Colomboy, corregimiento de Sahagún Córdoba, Luis Eduardo Campillo Hernández fue conocido como "El Huracán del Acordeón". Su virtuosismo y conocimientos del instrumento lo llevaron a modificar sus tonos, convirtiéndose en pionero del diseño particular de un timbre vallenato y creador del llamado "acordeón Colibrí". Con su obra también atravesó los terrenos de la cumbia, con la cual logró una fama internacional incluso mayor que la obtenida en Colombia.

Muchas fueron las agrupaciones creadas por Campillo, entre ellas los Auténticos Corraleros, Lucho Campillo y la Potencia, Los Indios Caribes y Los Reales Orenses. Con esa agrupación grabó la primera versión de "El polvorete", con la voz de Lucy González. Hacia la década del 70 el músico decidió viajar al norte del continente para residir en México y en los Estados Unidos. Allí fue famoso no sólo por sus grabaciones sino por su oficio de reparador de acordeones, en las que tuvo clientes tan importantes como Los Tigres del Norte.

Artistas como Alfredo Gutiérrez, Jairo Paternina, Remberto Agámez, Lucy González y los Hermanos López contaron con los buenos oficios de su acordeón. Después de acusar quebrantos de salud importantes, Campillo decidió dejar su estancia en Los Ángeles para volver a Colombia. En la tarde del pasado lunes 22 de noviembre se conoció de su fallecimiento, en la Clínica Valledupar. Más allá de su oficio propio, en sus 20 hijos dejó sembrada también la semilla de la música.

Blas “Michi” Sarmiento (1938 – 2021)

Blas Sarmiento Marimón, el Michi, fue un músico fundamental en el desarrollo de la música tropical colombiana como compositor, cantante, instrumentista de vientos, arreglista y, sobre todo, pionero de la salsa colombiana con alrededor de unos 10 trabajos sonoros al comando de su Combo Bravo, y como arreglista de La Verdad, la orquesta de Joe Arroyo.

Nacido en noviembre de 1938 en Labarcé, corregimiento de María la Baja, Bolivar, Michi aprendió a tocar instrumentos de viento a sus cinco años gracias a los buenos oficios de su padre, el legendario Clímaco Sarmiento. Luego de trasladarse con su familia a la población bolivarense de Soplaviento, ingresó al Instituto Musical de Cartagena, y se perfeccionó en el canto y en la ejecución de vientos dentro de diferentes agrupaciones. A inicios de la década del 60 inició su relación profesional con el sello Fuentes, participando de los célebres Corraleros de Majagual y lanzándose en el mundo de la salsa con su grupo, Michi y su Combo Bravo, con quienes grabó nueve discos para el sello de don Antonio Fuentes. De ahí provienen temas tan representativos en su interpretación como “Salsa con monte”, “Hong Kong”, “El negro y Ray”, “Arepa de arroz”, “La rumba se acabó”, “Sonerito” y “Anacaona”

En las décadas del 90 y del 2000, luego de años trasegando como solista en el mundo de la salsa y después de haber colaborado con colegas como Joe Arroyo, para quien escribió el arreglo de su clásico tema “Rebelión”, Sarmiento se dedicó a la docencia en Soplaviento y a tocar en eventos sociales.

Eso hasta el año 2012, cuando renació musicalmente para el mundo al ser invitado por los productores Mario Galeano y Quantic a participar de su proyecto Ondatrópica, una suerte de all-stars que reúne a grandes leyendas y a jóvenes músicos de los trópicos y el interior colombiano. Con ellos grabó versiones que son ya inolvidables de temas como "Linda mañana" y “Bogotá”, de su autoría, y "Caimán y gallinazo", clásico de su padre.

En los últimos tiempos, Michi continuaba al comando de su Combo Bravo con la presencia de nuevos músicos, y cada tanto iba lanzando sencillos como "la cumbia rajá" y otros.

A consecuencia de un cáncer que venía combatiendo en los últimos meses, Blas “Michi” Sarmiento falleció el pasado 26 de noviembre, a sus 83 años, en su casa de Cartagena, rodeado del afecto de los suyos.

Máximo Jiménez (1949 – 2021)

Pocos cantores de cualquier género musical en Colombia han tenido la sensibilidad social y política de Máximo José Jiménez Hernández, acordeonero y cantor conocido como "El Indio Sinuano", al igual que el vallenato de David Sánchez Juliao al que le puso música.

Jiménez fue, sin duda alguna, uno de los más rebeldes y comprometidos exponentes de la música en Colombia. Testigo del maltrato, del desplazamiento y del expolio en su región, sus cantos se orientaron hacia la protesta y la revolución. Debido a ello la violencia se ensañó sobre su familia y fue obligado al exilio en Europa por años.

Ordeñador, artesano y carpintero, a sus 20 años dominaba ya el acordeón, pero en lugar de las parrandas tradicionales, el joven prefería animar los encuentros y mítines de las asociaciones campesinas de su departamento que buscaban una necesaria reforma agraria en las décadas del 60 y 70. Él mismo perteneció a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Anuc, que reclamaba la propiedad de terrenos baldíos en manos de dudosos dueños o injustamente entregados por el Gobierno a diversos terratenientes. Fue el momento, como lo dijo en alguna entrevista, en que “empezaron a irse los malos amigos y empezaron a llegar los buenos enemigos”.

Con sus vallenatos y cumbias, Jiménez alentó a quienes lucharon por una reforma agraria en el Caribe colombiano. Su protagonismo en esas asociaciones campesinas y su activismo en la protesta social le valieron muertes en el seno de su familia, incluyendo el asesinato de su hermano y la desaparición de otros familiares cercanos.

Nacido en el corregimiento de Santa Isabel en Montería el primero de abril de 1949, el cantor y acordeonero participó en el Festival de la Leyenda Vallenata en 1974 y 1977. Desde el principio causaron molestia las invectivas de sus canciones, que denunciaban a políticos, terratenientes y actores del conflicto, y para siguientes participaciones fue instado a bajarles el tono a sus profundas críticas, cosa que, por supuesto, no aceptó. Con las disqueras la cosa no fue menos tensa, y durante la época del formato vinilo grabó apenas unas seis producciones, número muy pequeño en comparación de lo registrado por sus colegas del vallenato en tiempos en que el género empezaba a popularizarse.

Su actitud contestataria, que le produjo amenazas, atentados y encarcelamientos irregulares, lo llevó a exiliarse en Viena en 1989, de donde regresó afectado por un primer accidente cerebrovascular que le repercutió en el habla y en el desplazamiento. Ya en Montería de nuevo, en 2017, fue víctima de otro derrame cerebral. A pesar de esos serios quebrantos, Jiménez nunca dejó de grabar temas, publicados en ediciones independientes, incluyendo un último disco de 2017 llamado "Soy de donde nace la cumbia". Así mismo, solía participar gustoso en diferentes foros y encuentros donde se habló de música, sociedad y justicia.

Hacia las 4:30 de la mañana del sábado 27 de noviembre falleció el juglar monteriano, tras presentar un cuadro de complicaciones respiratorias que condujo a un episodio cerebrovascular, situación que lo llevó a la muerte en la Clínica Central de su ciudad natal.

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