En el último viaje de Simón Bolívar, que lo llevaría de Santa Fe de Bogotá a la costa caribeña de Colombia, el Libertador vaticina el destino decadente del río Grande de la Magdalena: “Los peces tendrán que aprender a caminar sobre la tierra porque las aguas se acabarán”, podemos leer en ‘El general en su laberinto’, la ficción histórica en la que Gabriel García Márquez ofrece un retrato triste del prócer derrotado.
De aquella lánguida profecía han pasado casi dos siglos y el río, a pesar de su obstinación, muere lentamente frente a nuestros ojos. Ante la resignación desolada quedan la música y la literatura para recordarnos que allí, donde solo ha quedado “… el vasto silencio de la tierra desolada”, otrora existía un paraíso esplendoroso de “selva enmarañada” y “árboles colosales” habitado por loros y micos bulliciosos, “caimanes inmóviles” “garzas asustadas” y “los manatíes que amamantaban sus crías con sus grandes tetas maternales y sorprendían a los pasajeros con sus llantos de mujer”.
A pesar de su infame ventura, aún tenemos un río de aguas mansas y fieros raudales que vuelve a ser un escenario idílico en algunas de las canciones que lo celebran como metáfora, lo convierten en escenario de amores desdichados o cantan su fulgor extraviado.
Adiós al Huila - Silva y Villalba
Uno de los escenarios más crueles de la violencia bipartidista de los años 50 fue el departamento del Huila. La despedida nostálgica de un hombre que huye de aquella “tierra martirizada” es el eje de este bambuco escrito por Jorge Villamil e interpretado por el dueto Silva y Villalba. El relato en primera persona rememora, además de platanales, ceibas inmensas, chaparrales, palmeras esbeltas y arrozales, la voz rumorosa del río Magdalena que nace en el Páramo de las Papas, al suroccidente del departamento.
Adiós morena - Silva y Villalba
El relieve del departamento del Huila está formado, principalmente, por el gran valle del río Magdalena, una región de suelos fértiles que históricamente han sido aprovechados en labores agrarias como el cultivo de arroz. Ese cuadro bucólico sirvió de escenario para la inspiración de Rodrigo Silva, quien escribió este bambuco despechado que apareció originalmente en ‘Viejo Tolima’, la grabación con la que el dueto Silva y Villalba se estrenó en 1970.
El río es uno de los símbolos más prominentes en el amplio cancionero del compositor neivano Jorge Villamil Cordovez. Sin desconocer que en algunas de sus composiciones hace referencia a ríos intermedios y veredales, es el Magdalena el protagonista de su portentosa obra. En ‘Aguas mansas’, vals interpretado por Silva y Villalba, el plácido río, como la vida de cualquier mortal, tiene un destino inexorable. En este caso particular, luego de atravesar valles, el afluente se encuentra el final de su camino en las Barrancas de San Nicolás, nombre con el que se conoció a los sectores aledaños a la ribera occidental del río Magdalena, donde comenzó a poblarse la ciudad de Barranquilla.
Al Sur - Silva y Villalba
Una de las canciones más recordadas de Jorge Villamil es “Al sur”, un vals escrito en 1968. La elegancia retórica de esta exaltada composición da cuenta de un hombre orgulloso de su terruño, quien resalta los paisajes alegres donde se encuentra el Cerro del Pacandé, una prominencia geográfica ubicada sobre el valle del Magdalena a 12 kilómetros del municipio de Natagaima. Desde su cumbre, entre chaparrales y samanes, y coronada por una pequeña cruz metálica, se divisa la “tierra bonita”, la “tierra del Huila”, esa “tierra opita” en la que nació el célebre compositor.
Alma del Huila - Garzón y Collazos
Nacido en Gigante el 24 de septiembre de 1914, Luis Alberto Osorio labró su leyenda no solo por su oficio de compositor, sino por ser un exigente profesor, por ganarse la vida en las bandas municipales y por su irrefrenable propensión a la bohemia. De su gigantesca obra musical que abarca más de 300 composiciones se destaca el pasillo ‘Alma del Huila’, que desde 1996 fue adoptado como himno oficial del departamento. El genuino romanticismo de la canción llega a su esplendor cuando el dueto Garzón y Collazos canta: “En el Huila para bien/ cruza un río sin igual/ que da la vida entera/ al labrador, a su maizal, al platanal”.
Amor marino - Silva y Villalba
El valle del río Magdalena forma las partes planas de los departamentos de Tolima y Huila en una región geográfica conocida como Alto Magdalena. Allí se ubican Ibagué y Neiva, dos ciudades capitales a las que el gigante hídrico atraviesa de sur a norte. En la segunda, ubicada sobre la margen derecha del río, nació Rodrigo Silva, uno de los integrantes del célebre dúo Silva y Villalba. El gigante de aguas apacibles es el escenario de una frustración amorosa convertida en una danza incluida originalmente en ‘Vivirás mi Tolima’, disco publicado por el dueto en 1976.
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