El drama de 120 familias desalojadas en Bucaramanga
El pasado 12 de marzo una grieta apareció en la calle principal del barrio La Feria, ubicado sobre la escarpa occidental de Bucaramanga. Esta zona de la ciudad históricamente ha sufrido erosión, que cada tanto, genera derrumbes de lodo afectando a la población que vive allí. En su mayoría, barrios aún no legalizados con 40 años de existencia o menos.
Según recuerdan los mismos habitantes que hoy resultaron desalojados por prevención, hace diez años también hubo un derrumbe que ocasionó una emergencia similar.
A continuación, presentamos el drama que viven 120 familias de los barrios La Feria, Camilo Torres y Cuyanita, que hoy debieron salir de sus hogares para prevenir una tragedia, quedando a la deriva en albergues temporales recibiendo ayuda humanitaria por parte del gobierno local, y a la espera de un nuevo hogar.
Jorge Enrique Martínez es dueño de la casa que está construida sobre la montaña donde comenzó la grieta. Ya desalojó el lugar y asegura tener miedo de volver a pisar su casa ante el inminente riesgo.
Jimmy Celis, un hombre corpulento que supera los 180 de estatura, explica con su mano el hueco que se abrió en la calle frente a donde está ubicada su casa, que estaba remodelando junto con su padre.
Aunque en un principio 80 familias se habían visto en la obligación de abandonar sus casas, el número de damnificados aumentó a 120 este lunes por las lluvias recientes.
Héctor Arroyabe, soldado profesional de la Brigada de Atención y Prevención de Desastres, se toma un aire de descanso después de cargar un colchón ortopédico en medio de este terreno inestable y con inclinación superior a los 30 grados.
El capitán Jorge Peña, comandante de Bomberos en Bucaramanga y el director de la Oficina de Gestión del Riesgo de la ciudad, Luis Ernesto Ortega, debaten cómo proceder ante las novedades que se van conociendo por el movimiento constante de la tierra sobre esta zona de la capital santandereana.
En un primer informe, la oficina de Gestión del Riesgo indicó que hay 800 metros de terreno afectado de manera directa, dos kilómetros con posibles afectaciones o afectados de manera indirecta, y una grieta de más de 3 kilómetros de distancia lineal.
Dentro de una carpa de campaña duerme una de las cuatro hijas de Sandra Duarte, una de las habitantes del barrio Camilo Torres que desde el pasado sábado debió salir de su casa y apostarse en este albergue improvisado en la cancha principal del barrio La Feria. Mientras, su mamá está al frente de la olla comunitaria para seguir teniendo qué comer mientras resuelven dónde vivir.
Tres casas de madera, guadua y techos de zinc se vinieron abajo la madrugada de este lunes, después que se presentara un deslizamiento por la intensa lluvia de la madrugada. Sus habitantes lograron salir ilesos, pero perdieron la mayoría de sus enseres.
Vianney Ardila termina de secar sus lágrimas mientras se niega a ver lo que fue de su hogar en el abismo. Desde hace 15 años, cuando pudo construir su casa, vive con su hermana y 3 hijas. En 2013, cuenta ella, un derrumbe le llenó de lodo el hogar, pero después de sacar 9 metros de arena, pudo volver a vivir en él. Esta vez, le han asegurado las autoridades, es imposible. La mitad de su hogar quedó en el aire.
Los abrazos consoladores de sus vecinas o la sonrisa de su hermana no son suficientes para calmar la desazón de Vianney Ardila, dueña de la casa ubicada en la Calle 24 #2-10 del barrio Camilo Torres.
