La emergencia que se registró en la tarde de este miércoles en el corregimiento San Antonio de Prado de Medellín, y que cobró la vida de una mujer de 40 años y un menor de tres, era una contingencia anunciada por la comunidad de la zona.
A través de denuncias, reportes ante los medios de comunicación y peticiones explícitas ante el Concejo de Medellín, los ciudadanos de los barrios aledaños a la quebrada Doña María habían advertido sobre el riesgo de ocurrencia de un movimiento en masa de gran magnitud como el que, en efecto, puso en máxima alerta a las autoridades de Medellín e Itagüí.
La Alcaldía de esta última localidad del Valle de Aburrá ya había retirado, varias veces, el material que venía desprendiéndose de la montaña desde meses atrás, buscando garantizar el libre curso de las aguas de la quebrada Doña María. No obstante, aquellos esfuerzos no rindieron fruto.
Hace un mes, aproximadamente, Mariana Zapata, habitante de la zona afectada, dijo ante los medios de comunicación: “Donde se venga la montaña tapa todo el barrio porque es una montaña demasiado grande. Aquí hay mucho riesgo. Literalmente estamos rodeados de la montaña y la quebrada”.
Para aquel entonces, el secretario de Gobierno de Itagüí indicó que en esta zona había más de mil personas en riesgo por los movimientos en masa que ya se hacían sentir, anunciando la emergencia de este miércoles.
Pero el más diciente de los testimonios es el del líder comunitario Carlos Quiceno, quien el pasado 29 de junio le advirtió al Concejo de Medellín, en medio de una plenaria y con enorme precisión, lo que 15 días después habría de ocurrir.
“Miren: esto es una montaña que se está viniendo, y que, si llega a colapsar, tapa la quebrada Doña María. Y si esa quebrada llega a colapsar, se lleva a los sectores Santa Rita, La Pradera, La Verde, Mi Casita y, de ahí para abajo, se lleva todo lo que es Itagüí”, señaló Quiceno en aquella oportunidad ante los corporados.
Gracias a los registros audiovisuales de las plenarias del Concejo de Medellín, puede observarse cómo, a pesar de la advertencia, los concejales interrumpieron la intervención de Carlos, apagaron de manera remota su micrófono, prometieron que tomarían atenta nota del caso y el líder, finalmente, tuvo que retirarse con las pruebas de la inminente emergencia en su mano.
A propósito, el concejal Alfredo Ramos aseguró que la corporación había aprobado 15 mil millones de pesos de presupuesto al Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD), de los cuales, asegura, solo han sido invertidos 600 millones, es decir, el 4% del presupuesto aprobado para la prevención y atención de emergencias en la ciudad.