Se trató de un aguacero que cayó sobre este municipio santandereano durante gran parte del día domingo, y que estuvo acompañado de granizo y fuertes vientos. Las calles quedaron convertidas en ríos de agua que superaba la altura de las llantas de los vehículos.
A través de los videos compartidos por los habitantes, se aprecian témpanos de hielo cayendo en varios sectores, incluyendo el casco urbano, zonas rurales y la vía nacional que conecta con el municipio de Oiba, en donde una palma gigante se partió y quedó obstruyendo el camino.
Mientras el aguacero hacía de las suyas, cientos de personas encontraban resguardo bajo los techos del pueblo. Muchos de ellos estaban celebrando un bazar para recoger fondos a favor del hogar del adulto mayor, actividad que se vio interrumpida.
El Consejo Municipal de Gestión del Riesgo informó que durante este domingo y lunes continúan atendiendo las afectaciones.
“Caída de ramas, árboles, afectaciones en las líneas de energía eléctrica, afectaciones en cultivos de ahuyama, cítricos, más de 20 viviendas, la casa cural”, detalló Pedro Conde coordinador del PMU. Según dijo el funcionario, aún se mantiene la evaluación de los daños y el análisis de las necesidades.
Después de realizado un barrido para conocer el estado del municipio ante este fenómeno climático, se conoció que en las veredas Barro Hondo, Encallada, Guayabal, Pavas y La Chapa también hubo afectaciones.