La profesora Graciela Bello, habitante en la vereda Alto Cafre del municipio de Mesetas en el departamento del Meta, inició su docencia por vocación desde el 12 de enero de 1969 con 18 años recién cumplidos.
Desde entonces ha trabajado en Lejanías y en Mesetas, ella comenta, “en Lejanías estuvimos con mi esposo inicialmente y allí tuvimos 110 ahijados y después en Mesetas hemos tenido 212 ahijados, hasta el momento. En ocasiones apadrinamos hasta cuatro o cinco niños de la misma casa, inclusive en una ocasión servimos de padrinos a 11 ahijados en una sola misa”.
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Ella se siente muy orgullosa de ser madrina de tantos ahijados, que prácticamente se han convertido en otros hijos, - comenta ella.
“Por mi vida han pasado ahijados de bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios, hoy en día y durante estos años, muchos ahijados han sacado la cara por mí, ante algunas dificultades, ellos han hablado por mí ante problemas del territorio, los considero unos ángeles”, añadió.
Según la docente este proceso se convirtió en amor de familia, porque los compadres se volvieron toda una familia, inclusive tiene ahijados de los hijos, de los hijos, de los hijos, de los primeros ahijados.
“Los primeros ahijados fueron de la vereda el Topacio de Lejanías Meta, de una familia Moya y de otra familia de Pastor Quiroga, del cual tenemos varios ahijados y nos escogían siempre como padrinos en la región, en las veredas, además en esa selva por ese entonces, a uno lo buscaban mucho por esa región porque uno profesaba la religión Católica y porque al ser docente tenían mucho conocimiento de uno”, agregó Graciela.
“Cuando uno bautizaba por ese tiempo, uno les daba el vestido para el evento, según fuera, y el almuercito, para que todos estuviéramos en familia, se hacía cada vez más grande la familia”, comentó Graciela.
Claudia Fajardo, ahijada de Graciela Bello desde 1988 en la Florida en Mesetas comenta, “ella se ha convertido en madrina y madre para mí, solo me queda dar gracias por todo lo que ha hecho por mí, por el amor y apoyo, siempre ha sido parte fundamental, gracias a ella soy profesional y una excelente madre, agradezco a mis padres por haberme conseguido a ella como madrina, ha sido un gran apoyo”.
La docente Graciela agrega, “por las veredas por donde fui laborando, las Navidades se hacían en familia en comunidades, entonces nosotros celebramos las novenas y ahí íbamos aumentando los conocidos y la armonía entre las comunidades, por ende más ahijados y ahijadas”.
Hoy ya tengo muchos ahijados profesionales, en diferentes actividades, todos muy buenas personas, con casi la mayoría habló de una u otra manera, con algunos hemos perdido contacto, pero a veces llegan por ahí a visitarme de vez en cuando, cuando menos llegan me saludan y me abrazan y algunos me dicen, ahí, usted ya no se acuerda de mí, y resulta que dialogando son ahijados o compadres o comadres o familiares de mis ahijados, muy bonitas las experiencias. -Tengo a donde llegar.
En diálogo con un amigo de la docente, comenta, “ella es muy buena persona, muy carismática, abierta a dialogar con todos y ayudar a todo mundo, yo creo por eso es que la buscan de madrina”.
De igual manera Edelmira Cifuentes Pérez, ahijada, también hace su aporte, “allá por el año 79 yo entre a estudiar, ella como profesora fue muy buena docente, y mis papás y nosotros, fuimos creando esa confianza de pasar en la casa de ella y ahí fue que ella sirvió de madrina, ella fue muy buena gente con nosotros nos daba almuerzo, muy buena madrina”.
Graciela Bello para este 8 de diciembre de 2024 va a ser madrina de confirmación de Laura Pérez, y María Rubí Ibarra Díaz, madre de la niña comenta, “a ella la conocemos hace muchos años y pues ella es muy buena persona, muy católica, un ejemplo a seguir, y uno requiere una persona así, por el buen ejemplo que da, por eso la escogimos, por su generosidad y buen vivir”.
La docente afirma que mientras viva y pueda seguir sirviendo, también seguirá amadrinando.