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Habitantes de Ábrego y Villa Caro claman por ayuda tras avalancha

La semana pasada el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, visitó la zona y emitió una alerta dirigida a las autoridades nacionales y regionales para que se tomen acciones preventivas prontas.
Norte de Santander: Ábrego y Villa Caro están gravemente afectados por avalancha
Foto: Junta de Acción Comunal El Tarrita, Ábrego
Geovanny Mejía

La temporada de lluvias que empezó con fuertes aguaceros en la zona del Catatumbo volvió a prender las alarmas en los municipios de Ábrego y Villa Caro, donde unas 400 personas de 146 familias siguen a la espera de la ejecución de medidas para mitigar la situación que están viviendo desde el 31 de mayo de 2023 cuando por cuenta de una avalancha se quedaron sin vivienda. 

Según Álvaro Jácome, presidente de la Junta de Acción Comunal, tienen dos preocupaciones: “uno es el tema de la vía nacional (Ocaña-Cúcuta) porque hay una parte de la carretera que no se ha adecuado de forma definitiva para mantener la transitabilidad y el río puede hacer que se pierda la carretera”. 


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El otro tema de preocupación es con los afectados, agrega el líder comunal, ya que: “entidades del Estado quedaron comprometidas en la financiación de unos meses de arriendo mientras se lleva a cabo un proceso de reasentamiento con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), pero por el momento han incumplido con los compromisos”. 

La situación se complica, según explica Jácome, porque los damnificados se habían desplazado hasta el casco urbano del municipio de Ábrego con la esperanza de recibir el apoyo económico para el pago de arriendo, pero ante los incumplimientos decidieron regresar a la zona donde se presentó la avalancha hace poco menos de un año, lo que los pone nuevamente en peligro, pues la temporada de lluvias que ya llegó a la región amenaza con generar crecientes de las fuentes hídricas que circundan las zonas rurales de Ábrego y Villa Caro. 

Jácome insiste en que lo primordial es que se adelante el proceso de asentamiento, entregando viviendas dignas, tierras para cultivar y retornar a sus actividades, pues algunos (habitantes de la zona) están sin trabajo: “ya van cuatro meses sin el pago de los arriendos”. 

La vereda El Tarra, tiene serias afectaciones, está declarada zona de riesgo y no es habitable, por lo que es difícil que las personas vuelvan a vivir en la zona. Jácome reclama porque: “la comunicación con el alcalde de Ábrego ha sido poca, como tan poco se han vuelto a recibir visitas recientes de la Unidad de Gestión del Riesgo”.  

La semana pasada el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, visitó la zona y emitió una alerta dirigida a las autoridades nacionales y regionales para que se tomen acciones preventivas prontas y así evitar que la comunidad de esa parte de Norte de Santander vuelva a resultar afectada. 

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