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Ola invernal sigue dejando cientos de damnificados en Magdalena y Cesar

El tránsito de ondas tropicales en el mar Caribe han agravado la segunda temporada invernal en el Cesar y el Magdalena dejando cientos de familias damnificadas.
Yohomar Navarro

Las precipitaciones se han incrementado con intensidad en la zona centro, norte y sur del departamento del Magdalena, así como en la Sierra Nevada de Santa Marta, generando la creciente de los ríos que nacen en el macizo montañoso como el Fundación, Aracataca, Manzanares y Ariguaní.

Este fenómeno es debido, además, al aumento del caudal del río Magdalena por las lluvias en el interior del país y la región Andina, que ha puesto en emergencia el sur del departamento con crecientes súbitas y desbordamientos.

“Se han registrado emergencias en el municipio de El Retén, Ariguaní, Fundación algunas inundaciones en zona rural de San Sebastián, Tenerife y Santa Bárbara de Pinto y en Santa Marta donde se registró una emergencia por el desbordamiento del río Manzanares y la Quebrada Tamacá que dejó más de 1.600 familias damnificadas, tanto en la zona urbana como rural” precisó el coronel Karlotz Omaña, jefe de la Defensa Civil en el Magdalena.

Dijo además el coronel Omaña, que el tránsito de fenómenos naturales en el mar Caribe colombiano está generando el incremento de las lluvias, fuertes vientos y tormentas eléctricas ocasionando emergencias continuas por desbordamiento de ríos y quebradas.

En 24 de 30 municipios del Magdalena se ha declarado calamidad pública para atender número de damnificados que han dejado las lluvias. En el Distrito de Santa Marta también fue declarada la calamidad pública para atender a los afectados.

El jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo del Magdalena, Jaime Avendaño, dijo que se sigue entregando colchonetas, hamacas y kit de alimentos a las familias damnificadas por crecientes súbitas, desbordamiento de ríos y deslizamientos en municipios como Zona Bananera y El Banco. También se trabaja en el traslado a albergues temporales.

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Emergencias en el cesar

En el departamento del Cesar el panorama con damnificados y afectados por las lluvias no es diferente.

En el municipio de Bosconia se registró la mayor afectación por una inundación el pasado domingo que dejó más de 4.500 familias damnificadas y causó daños en por lo menos el 80% de la población, según el comandante del Cuerpo de Bomberos, José Leiva.

En los corregimientos del norte de Valledupar también hay dificultades por el incremento desmedido del caudal de varios afluentes que descienden de la Sierra Nevada y que han puesto en emergencia a corregimientos turísticos como La Mina y Badillo.

De igual manera en el corregimiento de Río Seco, cerca de 50 familias están damnificadas puesto que sus viviendas se inundaron por el desbordamiento de un arroyo. También están afectadas cerca de 200 familias productores artesanales de ladrillos en la vereda Las Casitas, en el sur de Valledupar.

“Tenemos más de cuatro semanas sin trabajar y estamos pasando hambre. Necesitamos ayudas por las pérdidas económicas. Tenemos la economía por el suelo”, dijo Fernando Olivero, líder de la vereda.

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En el corregimiento de Aguas Blancas, en el sur de la capital del Cesar, también se registran más de 200 familias damnificadas por inundaciones, y en Mariangola una creciente súbita destruyó el acueducto y dejó sin agua potable a más de 1.000 familias de esta población.

En la zona rural de los municipios de Manaure, Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico y La Paz, que corresponden a las estribaciones de la Serranía del Perijá, los campesinos han reportado daños en vías terciarias por las continuas lluvias, así como perdidas de cosechas.

En el municipio de Pueblo Bello, jurisdicción de la Sierra Nevada de Santa Marta también hay daños por las extensas horas que permanecen las precipitaciones. Durante la temporada invernal también se han registrado daños en Tamalameque, Pailitas, Curumaní y Chimichagua en el Cesar, dejando cientos de familias damnificadas y a la espera de ayudas por parte de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.

Los organismos de socorro de ambos departamentos aseguraron que continúan los monitoreos en las zonas de alto riesgo y ríos susceptibles a crecientes súbitas y de posibles desbordamientos, y a su vez realizando campañas de sensibilización a las comunidades que viven en las riberas de estos afluentes.

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