Demarcar calles, pintar escuelas y embellecer escenarios deportivos, son algunas de las labores que desarrollan personas privadas de la libertad de la cárcel judicial de Pasto, gracias a un programa de resocialización comunitaria que, por primera vez en su historia lidera este centro penitenciario.
"Nos alegra aportar a la ciudad con estas labores comunitarias y mirar el futuro con la esperanza de recuperar pronto nuestra libertad", dice el interno Belisario Méndez, mientras participa en una jornada de demarcación de vías en el centro de Pasto junto a la Secretaría de Tránsito y Transporte.
De acuerdo con el director de la cárcel, Cristian Alexander Rosero, este programa nació con el propósito de facilitar el proceso de redención de penas de los reclusos y contribuir con acciones altruistas al bienestar colectivo de la capital nariñense.
"Con este proyecto buscamos favorecer la reintegración de las personas privadas de la libertad a la sociedad a través del desarrollo de aptitudes y comportamientos positivos que les permitan vivir conforme a la ley, con autonomía y dignidad", explica el director.
Entre tanto, el interno José Eulises Obando destacó la posibilidad de sumarse a esta iniciativa y avanzar en su proceso de resocialización integral, "la cárcel ha sido la experiencia más difícil de mi vida, pero encontrar alternativas que como reclusos nos permita servirle a la ciudad y empezar un nuevo camino, es algo muy valioso", sostiene.
Aliados de la resocialización
El director de la cárcel también precisó que el apoyo de la Alcaldía de Pasto y la Gobernación de Nariño ha sido clave para sacar adelante este proceso.
"Con la Alcaldía estamos revisando la posibilidad de firmar algunos convenios para que los privados de la libertad reciban una remuneración por su trabajo, demarcando vías", añadió.
Mientras que con el apoyo de la Gestora Social del departamento, Ingrid Cortes, los reclusos han mejorado varias escuelas y, además, sus familias participan con artesanías y emprendimientos en ferias y eventos como una manera de aportar a su sustento.
"Miramos el futuro con optimismo y así como algún día cometimos errores, estamos convencidos que con trabajo honesto y digno podemos empezar de nuevo", concluyen los internos que se benefician con este programa de resocialización comunitaria, pionero en el sur del país.