Luis Alberto Guerra, 40 años de protección al río Guatapurí

El río Guatapurí, la mayor fuente hídrica de Valledupar, cuyo nombre significa ‘agua fría’ en lengua indígena, está custodiado por una imponente sirena, pero, también cuenta con un guardián que trabaja por su defensa, que dedica sus días al cuidado de una flora única y una fauna con especies silvestres que nacen a su alrededor.

Se trata de Luis Alberto Guerra López, un ingeniero forestal de la Universidad Distrital, especialista en Ciencias Ambientales, que lleva un poco más de 40 años, sin descanso y sin recibir remuneración por ello, estudiando el afluente desde su nacimiento, analizando su cauce, desembocadura y preocupándose por la decadencia de su caudal.

“Yo soy un ambientalista integral, llevo gran parte de mi vida dedicado al estudio de este río porque lo respeto y por ello me considero su guardián”. Así, con desparpajo este profesional de la naturaleza de 72 años, nacido en Villanueva (La Guajira), habla de su tiempo dedicado al análisis del afluente más querido por los vallenatos.

Este guardián ha escrito ocho libros, de ellos solo le han publicado uno, espera que las autoridades ambientales, estatales y por qué no, personas particulares que dicen amar a Valledupar, lo apoyen para que cada estudiante de colegio y universidad tenga un ejemplar de ‘Río Guatapurí, alma y vida vallenata’, 80 páginas con fotografías inéditas y el recuento del nacimiento, problemáticas y posible solución del mismo.

Luis Alberto considera que la esperanza de este río es poca, debido al cambio climático y al comportamiento de los seres humanos. Se aventura en predecir que al afluente cuyo balneario Hurtado es el más visitado por turistas que llegan desde diversas latitudes, le quedan solo 30 años de vida.

Además, describe al detalle las particularidades de este cuerpo de aguas cristalinas, de sabor agradable, cuyo caudal depende del deshielo de nieves perpetuas y por ello cada vez disminuye su fuerza. Luis Alberto insiste en que es necesario hacer una campaña integral, es la única alternativa para salvarlo.

De acuerdo con expertos de la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar), la tala de árboles en el nacimiento del río, el desvió de su cauce por cultivos agrícolas y actividades ganaderas representan la principal causa del bajo caudal, cuyo nacimiento es en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Otra de la problemática que enfrenta este afluente de agua fría es el desperdicio del líquido denunciado por la empresa de Servicios Públicos de Valledupar (Emdupar) debido las malas prácticas como el lavado de terrazas y vehículos.

Don Luis, custodio del Guatapurí, dice que seguirá obrando como quijote del medio ambiente, en solitario, trabajando para que este río siga siendo la gran fuente hídrica de los vallenatos y de todos los colombianos que lleguen a esta parte del Caribe. Para que siga siendo fuente de inspiración de poetas, escritores y compositores, así como Nicolás Maestre que le compuso este tema y llamó al río Guatapurí: El Rey del Valle.

“Bajando desde lo alto de la sierra majestuosamente viene deslizándose hasta aquí Y cruzando montes llanos y veredas y regando arroceras nos baña el Guatapurí.   El nace desde la Sierra Nevada y todas sus aguas arhuacas se las dona al río Cesar Y rugiendo contra sus orillas choca y sus aguas que van locas se ríen de Valledupar”.