Por: Carlos Barraza Escobar. Radio Nacional de Colombia San Andrés.
La preocupación dada a conocer por el gobernador (e) de San Andrés y Providencia, contralmirante Juan Francisco Herrera, ante la escasez de pescadores en la isla, refleja el detrimento de este arte ancestral que en alguna época fue la primera actividad económica de la región, por encima del turismo.
Desde hace siglos, los isleños han tenido una relación cercana con el mar y la pesca es su actividad principal, ser pescador era una vocación innata y ancestral que generaba un modus de vida y representaba seguridad alimentaria para sus familias.
“La pesca en San Andrés y Providencia era una pesca no industrial, sino de subsistencia para el consumo local, la pesca tradicional era solamente para la subsistencia de la población”, señaló Edburn Newball, exmarinero oriundo de las islas.
Por su parte, Fidel Corpus Suárez, historiador del sector de San Luis, afirmó que el uso de 'cate boat' o canoas a velas permitía a los pescadores isleños recorrer todos los cayos en busca de recursos pesqueros, embarcaciones que excasean en la actualidad.
El arte de la pesca ha permitido a los pueblos insulares subsistir de los productos del mar, hecho que fue cambiando en los últimos siete años. La historia de la pesca en abundancia y la motivación de salir a pescar se vio afectada desde el 19 de noviembre del año 2012, fecha en que la Corte Internacional de Justicia profirió un fallo negativo para el país que afectó directamente a los habitantes del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
El fallo de La Haya accedió a las pretensiones de Nicaragua y le otorgó inmensas áreas marítimas de mar territorial. Espacios marítimos como Luna Verde, que eran las zonas de mayor extracción de recursos pesqueros para los pescadores locales, hoy no son explotados por los colombianos.
Para personas como Newball, quien durante años trabajó a bordo de buques, la isla está exportando más recursos de lo que tiene capacidad de capturar, razón por la cual hay ausencia de pescadores en la actualidad.
“Hoy día estamos exportando el pescado y el caracol a otros países por encima de la capacidad de sostenimiento de los recursos. A pesar de que Colombia establece periodos de veda, los países vecinos no cumplen, por esta razón la pesca está prácticamente acabada”, explicó.
No poder ir a pescar a zonas ricas en recursos como Luna Verde, se convirtió en el ‘dolor de cabeza’ para el sector pesquero industrial. La flota pesquera en su gran mayoría fue vendida y matriculada con banderas de otros países como Honduras, donde recibieron patentes de pesca para faenar en este país. En la isla, las dos grandes industrias de procesamiento de productos del mar, como fueron Antillana y King Crab, cerraron sus puertas y despidieron a sus empleados.
El Gobierno Nacional del expresidente Juan Manuel Santos, en el marco del Plan Archipiélago, incentivó la actividad pesquera por medio de subsidios económicos entregados a cada pescador artesanal. Sin embargo, tras no recibir más incentivos y con los recursos pesqueros cada vez más lejanos, esta actividad perdió todo el interés de los pobladores.
El pasado lunes 1 de julio se levantó el periodo de veda de la langosta espinosa, producto de gran demanda en la gastronomía local y en el sector hotelero, hecho que llamó la atención de las autoridades locales debido a que no hay mano de obra suficiente para explotar las cuotas pesqueras autorizadas para 2019.
“La isla de San Andrés tiene crisis de pescadores artesanales”, denunció el gobernador (e) Juan Francisco Herrera al finalizar la Junta Departamental de Pesca. El mandatario puso en conocimiento esta situación tras recibir quejas de las cooperativas de pescadores que dan cuenta de que la actividad de la pesca se está perdiendo entre los raizales y pone en peligro la seguridad alimentaria de la región.
Según explicó el mandatario, las nuevas generaciones no se ven motivadas a generar ingresos por medio de esta actividad y los actuales pescadores son pocos. Las autoridades pesqueras de la isla también ven con preocupación que pescadores de otras regiones se muden a San Andrés generando mayor sobrepoblación.
“Hay una situación que se debe entender y es que la pesca ha venido cambiando. Esta actividad artesanal se dedica a faenas de un solo día o máximo de 3 días, actualmente la flota es de mayor autonomía, por lo que salir a pescar puede durar entre 15 a 30 días, situación que hace que los pescadores, por falta de costumbre, puedan estar tantos días navegando”, señaló Anthony Rojas, secretario de Agricultura y Pesca de San Andrés.
Entre tanto, la Asociación de pescadores y agricultores de San Andrés, Asopacfa, aseguró que “la visión del Gobierno es lejana a la realidad, indican que la situación está bajo control, con parámetros y garantías que velan por el trabajador, y no es así”.
La pesca como actividad ancestral del archipiélago se está perdiendo y muchas pueden ser las razones. La falta de espacio marítimo, la escasez de recursos en el mar, la poca motivación de las futuras generaciones en salir a faenar son algunas de ellas y, hasta el momento, la solución aún no se ve a la vista.