Productores de Ariari le apuestan al lulo para fomentar su economía
Por: Andrea Castro Ibarra
Aprendices e instructores del Centro Agroindustrial del Meta trabajan en un proyecto para cultivar lulo en el departamento con el objetivo de disminuir los problemas sanitarios que tiene esta planta en las zonas donde comúnmente se siembra.
Cuatro grupos de aprendices de los programas de Agricultura de Precisión, Biodiversidad, Producción Agrícola y Mecanización se han vinculado con investigación y desarrollo en este proyecto.
“La vinculación de los aprendices ha sido muy beneficiosa, tanto para el laboratorio como para nuestra institución, ya que están aprendiendo y desarrollando todo el tema investigativo”, afirmó Ramón Joaquín Fernández, instructor del Centro Agroindustrial del Meta. Más de 168 aprendices del SENA en la regional implementaron el cultivo del lulo.
Este producto, que se desarrolla en clima frío, se adaptó en zona de la altillanura. Se inició en el año 2017 y se lograron evidenciar diferentes características, entre ellas que el fruto es bastante pequeño, lo que no lo hace comercial en Corabastos. Por esta razón, se está implementado el proceso de cruzamiento con un lulo proveniente del Chocó.
Asimismo, se está trabajando en parcelas demostrativas en el piedemonte llanero y altillanura en los proyectos de cultivo en los municipios de Puerto Gaitán, Puerto López, San Martín, Guamal y Granada.
“Agricultores de las zonas aledañas han mostrado su interés en la obtención de este producto”, aseguró Fernández. Actualmente, el proyecto está en la fase productiva y se espera que se vean sus frutos en un periodo de cuatro meses, luego de superar los problemas climatológicos y fitosanitarios.
De igual forma, aprendices e instructores trabajan de la mano con los productores de la región del Ariari a través de capacitaciones y asesorías, donde se realizará una serie de evaluaciones para determinar si es posible comercializar el producto con los agricultores de la región.
Nueva oportunidad de negocio
El lulo es una de las frutas andinas con mayor potencialidad, dada su amplia aceptación en los mercados nacionales, por la calidad de sus frutos, valor nutritivo y múltiples usos en la agroindustria.
Igualmente, la fruta ha sido considerada como un producto promisorio para los mercados internacionales; sin embargo, la demanda se ha reducido debido al sistema de producción utilizado, caracterizado por el uso de altas cantidades de pesticidas, detectándose trazas de ingrediente activos no permitidos en los mercados internacionales, que manejan el concepto de presencia o no de trazas para calificar, permitir o rechazar la entrada de frutas exóticas sus países.
Según un estudio de Corpoica (ahora Agrosavia), en cultivos a plena exposición solar la cosecha inicia aproximadamente ocho meses después de la siembra, luego de ello ésta es continua. Con un buen manejo del cultivo las plantas pueden tener una vida útil de dos años aproximadamente.
Los frutos de lulo se clasifican dentro del grupo de los llamados climatéricos; es decir, que una vez separados de la planta continúan todos los procesos internos propios de la maduración durante la postcosecha, por esta razón las labores de cosecha deben programarse con tiempo, teniendo en cuenta las distancias hacia los centros de comercialización.
