Prevención al suicidio.
Prevención al suicidio.
Cada año cerca de 700 mil personas se quitan la vida en el mundo de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, siendo los jóvenes entre 15 a 19 años los más afectados por este flagelo de salud pública. Para el 2019, el 77% de los suicidios ocurridos en el mundo tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos. Para el Ministerio de Salud y protección social, en Colombia el suicidio es una preocupación creciente que se relaciona con el sufrimiento emocional producto de violencias, progresión de problemas y trastornos mentales, y consumo de sustancias psicoactivas.
Marta Helena Ardila, directora de la Fundación Ginestra, centro de Atención, Prevención y Tratamiento para el Suicidio, Drogadicción y demás problemáticas clínico-educativa, indicó que es prioritario analizar las señales que una persona con ideas suicidas pueda manifestar en sus conversaciones y buscar ayuda profesional.
"Hay que hablar de suicidio y conocer el tema que puede iniciar a partir de un gesto, este puede convertirse en una idea, luego en una intención y en un suicidio cometido finalmente. En cada una de estas fases se puede hacer prevención porque de todas las causas de muerte esta es la única prevenible y curable. El gesto suicida o de cualquier disfuncionalidad del ser humano es un mensaje de que algo no está bien, no es normal que una persona se corte o manifieste todo el tiempo que está aburrido y no se siente bien. Esa puede ser la primera alarma. Las conversaciones de estas personas piden ayuda y son los que están al lado quienes pueden evidenciar que algo está sucediendo. Es preferible pecar por exceso al hablar y tomar medidas sobre el tema que pecar por omisión y no poder hacer nada después", dijo Ardila.
Por su parte, el doctor Ricardo Angarita, médico psiquiatra, especialista en ansiedad, depresión, trastornos del comportamiento, trastorno psicótico, trastorno bipolar y esquizofrenia, entre otros, explicó que un suicidio puede tener dos causas claves: la pérdida de validación mundo externo o la enfermedad llamada depresión. "Cuando concurren, el efecto puede ser peor".
"Todo puede partir del propósito de vida que cada persona tenga en un momento específico y su contexto social. La red social de apoyo puede deteriorarse y afectar esa esperanza de vida, especialmente en los jóvenes, esa red ha cambiado después de la pandemia y muchos de ellos tienen ideas suicidas", indicó.
"Un cerebro normal no piensa en el suicidio, puede tener una idea en un momento determinado como un impulso, pero jamás cometería un acto suicida. Para que una persona haga el intento de suicidio o crea que es una solución verdadera, tiene que estar enferma y tener bloqueadas las estructuras de placer y supervivencia existentes en su cerebro. La persona con ideas suicidas no le ven valor a la vida, tampoco a su existencia, hay desesperanza y una construcción filosófica de que la vida no vale nada ni que tiene sentido, no solo como filosofía, sino como forma de vida en la que no hay sentido para nada", explicó Angarita.
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Emisión 25 de mayo del 2023.