Han transcurrido tres días después de lo ocurrido en el departamento Risaralda cuando debido a las fuertes precipitaciones, una parte de la montaña que comunica la Avenida del Río en Pereira con el barrio La Esneda de Dosquebradas, se derrumbó, dejando sin vida a 16 personas y más de 260 familias damnificadas.
Una vez el número de víctimas y de damnificados fue incrementando, también fue creciendo el apoyo de diferentes instituciones, organizaciones, empresas, medios de comunicación, colectivos y hasta barras de los equipos de fútbol del Eje cafetero, que se unieron para llevar diferentes ayudas, entre elementos de aseo, cobijas y alimentos a quienes se hospedaron en albergues temporales.
Desde la Sociedad de Mejoras Públicas de Pereira informaron que en los puntos habilitados para la recolección de ayudas como lo son, el parqueadero del Aeropuerto Matecaña, Expofuturo, el Comité de Cafeteros y la Gobernación de Risaralda, las donaciones fueron tan significativas que lograron lo suficiente para lo que es la atención inicial de las familias, teniendo en cuenta que cada administración por instrucción de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, gestionó lo básico para cada hogar.
Sin embargo, los esfuerzos se concentran ahora en la atención de un grupo de 71 adultos mayores residentes del Hogar Divino Pastor, un sitio de protección cuya sede principal con 50 adultos mayores, tuvo que ser evacuado por la fuerza de la ladera que cayó sobre algunas estructuras contiguas.
Elisabeth Diosa, secretaria de Mujer, Familia y Desarrollo Social de Risaralda, indicó que el traslado de los 50 adultos mayores del hogar ubicado en la zona de emergencia, se hizo a otra zona de la ciudad, en una finca en la vía que de Pereira conduce a Armenia, y que una vez instalados en este sitio, se entregaron ayudas humanitarias como asistencia alimentaria y una cocina comunitaria, que servirá para la atención de quienes están colaborando de manera voluntaria con los adultos mayores.
Entre tanto, Luz Mary Castaño, auxiliar de enfermería del Hogar Divino Pastor, recordó lo vivido en horas de la mañana de ese 8 de febrero cuando se encontraba bañando a algunos abuelos y sintió como una avalancha se acercaba a su lugar de trabajo.
“Se escuchó un ruido muy fuerte y cuando menos pensamos se vino la avalancha, comenzamos a evacuar a los abuelos, todos desesperados sin saber qué hacer, los llevamos a casas vecinas mientras la Gobernación nos decía dónde nos iban a ubicar”, dijo la profesional.
La preocupación radica según los voluntarios del hogar, en que la finca donde están actualmente solo tiene una capacidad para 20 adultos mayores, y una vez ocurrida la emergencia tiene ya 71 abuelos que requieren de un espacio mucho más amplio y con los elementos básicos de bienestar.
Según la directora del lugar, Rosalba Pérez, les han entregado una sede en otro lugar, la cual requiere reparaciones locativas pues presenta problemas de goteras y falta de soportes para la movilidad de los adultos mayores como pasamanos, por lo que pide que las ayudas también puedan ser en materiales de construcción, para lograr los trabajos que se necesitan.
“Nosotros estamos confiados que, así como logramos adecuar la sede de la Avenida del Río, vamos a lograr con la ayuda de la comunidad y de las grandes empresas, adecuar esta nueva sede para todos los adultos mayores que están a mi cargo”, concluyó.
Tejas, mesas, sillas, pasamanos, lavadora, secadora, cemento y arena, son entre otros los elementos que se requieren para reestructurar la sede No. 2 para la totalidad de los adultos mayores, ayudas que pueden llevar a los centros de acopio de la Cámara de Comercio de Pereira y en Dosquebradas en la calle 9 #10-160.