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‘Perijasaurus lapaz’: así fue el descubrimiento del segundo dinosaurio hallado en Colombia

Harold Jiménez Velandia, estudiante de la Maestría en Ciencias de la Tierra de la U. de Caldas, hizo parte del grupo de investigadores que descubrieron a ‘Perijasaurus lapaz’.
Dinosaurios | ‘Perijasaurus lapaz’, el segundo hallado en Colombia
Foto: cortesía Universidad de Caldas
Vanessa Sánchez. 

A principios de 1940, cuando el mundo aún atravesaba por la Segunda Guerra Mundial, un geólogo de la Tropical Oil Company, una petrolera de Estados Unidos que había llegado a Colombia años antes, hizo un hallazgo extraño.

Mientras realizaba unos trabajos cerca de la carretera que unía a Manaure y La Paz, en lo que hoy es el departamento del Cesar, encontró un hueso que no encajaba muy bien entre lo que había visto antes. Era tan grande como la mitad de su torso y, aunque estaban muy cerca de la Serranía del Perijá, no parecía ser de ningún animal de la zona.

Para despejar las dudas prefirió llevarlo a la Universidad de California Berkeley (EE.UU.), donde lo describieron en 1955 y lo guardaron en un mueble con una etiqueta que sugería que la pieza pertenecía a un dinosaurio saurópodo, que significa patas de reptil, y que forman un extenso grupo de dinosaurios que incluía algunos de los animales más grandes que hayan existido en el mundo.

Fue solo hasta 2018 cuando el paleontólogo Jeffrey Wilson Mantilla logró la financiación de una beca Fulbright para estudiar el fósil con Aldo Rincón Burbano, profesor del Departamento de Física y Geociencias de la Universidad del Norte, en Barranquilla, y los demás científicos. Los investigadores limpiaron el hueso, le quitaron el yeso y el pegamento que le habían puesto décadas atrás y descubrieron partes de la vértebra que en principio no se parecían a ninguna otra especie.

“Pudimos visualizar mejor las delicadas láminas óseas que interconectan la columna vertebral, las articulaciones intervertebrales, las articulaciones de las costillas”, explica Mantilla en un comunicado de prensa de la Universidad del Norte.

Cuota caldense

Harold Jiménez Velandia, estudiante de la Maestría en Ciencias de la Tierra de la Universidad de Caldas, también hizo parte del grupo de investigadores que descubrieron a ‘Perijasaurus lapaz’, la segunda especie de dinosaurios que se reporta para Colombia, el primero fue ‘Padillasaurus leivaensis’, identificado en el 2015.

De acuerdo con el experto, este hallazgo se trata de una nueva especie de saurópodos, un dinosaurio de cuello largo, donde habitó este animal hace 175 millones de años. Según los investigadores, el individuo era saurópodo, una especie de dinosaurio herbívoro que no masticaba la comida, de muchas crías y pulmones como los de los pájaros actuales.

“Lo que hicimos fue una superposición con ese mapa y otro actual para ir a la localidad donde fue encontrada la vértebra. Ahí se levantó una columna estratigráfica con el fin de identificar la capa de dónde provenía la vértebra”, cuenta.

El investigador explicó que dentro del fósil todavía se conservaba sedimento y que eso les ayudó a encontrar la capa donde estaba originalmente la vertebra. “Allí encontramos restos de hojas y troncos fosilizados, lo que concuerda con un ambiente de alto potencial de preservación, es decir, donde se pueden encontrar muchos fósiles”.

Gracias a estos hallazgos, la reciente investigación fue determinante para establecer la nueva especie, que se dio por los recientes avances en tecnología 3D, además de investigaciones relacionadas con saurópodos de Suramérica que permitieron establecer características del dinosaurio colombiano.

Dinosaurio de la paz

Los investigadores puntualizaron que el nombre de este fósil denominado ‘Perijá’, en honor a la zona donde encontraron los fósiles, y ‘lapaz’, en alusión a los acuerdos de paz de 2016 que permitieron que los científicos pudieran acceder a territorios que en el pasado eran controlados por la guerrilla de las Farc.

De acuerdo con los documentos revelados, este dinosaurio vivió en un área boscosa ribereña de pocas pendientes. El grupo coincide en que no todos los días se descubre para la ciencia una nueva especie de dinosaurio, y menos en Colombia. Las intensas temperaturas y las lluvias constantes de la región han hecho que la conservación de los fósiles en buen estado sea muy difícil. De hecho, en 1943, cuando fue descubierta la gran vértebra, esta era la evidencia de un saurópodo encontrada más al norte de América, la única por fuera de la Patagonia, Argentina. Hoy en día, casi 80 años después, lo sigue siendo.

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