Imagen de la luna roja en Río de Janeiro, Brasil. Foto: Carl de Souza / AFP
AFP y Radio Nacional de Colombia
En diferentes latitudes se vivió en la noche de este domingo y la madrugada del lunes el eclipse lunar, un fenómeno inhabitual en el que el satélite de la Tierra deja atrás su brillo y color diario para tomar tonalidades cobrizas.
La ‘luna de sangre’, como se conoce popularmente este suceso, se pudo disfrutar no solo en Suramérica, sino también en Centroamérica y parte de América del Norte, así como en algunas zonas de Europa y África.
Revive aquí la transmisión completa de la Nasa del eclipse de luna:
"Un eclipse total de Luna es la excusa perfecta para mirar el cielo y maravillarse con el cosmos", afirmó José Maza, astrónomo y Premio Nacional de Ciencias Exactas de Chile.
Para Mariano Rivas, jefe de Divulgación Científica del Planetario de Buenos Aires, el eclipse es "uno de los fenómenos más simples y más impactantes de la naturaleza", ya que la Luna cuando entra en la sombra que provoca la Tierra hace que el satélite "tome un color rojo pálido anaranjado durante una hora y media".
Durante el eclipse la Luna toma este color, ya que los rayos solares le siguen llegando por la "refracción atmosférica", explicó a la AFP Florent Deleflie, del Observatorio de París-PSL.
"Durante un eclipse, solo la Tierra puede iluminar a la Luna a través de este reenvío de rayos rojos", añade el astrónomo.
Este fenómeno se produce generalmente dos veces al año, cuando la Tierra se sitúa en una posición en la que bloquea parcialmente la llegada de los rayos del Sol a la Luna, cuando está en fase llena.
El próximo eclipse total de Luna se producirá en noviembre, en pleno océano Pacífico. Deleflie recuerda que los eclipses lunares permitieron demostrar "desde la Antigüedad" que la Tierra es redonda.
"Sobre el disco lunar, el límite entre la zona de sombra y la parte iluminada por el Sol es ligeramente curva: es la proyección de la redondez de la Tierra", explica.