Como legal y arbitraria calificó el Laboratorio de Derechos Sociales y Culturales (DescLab) -grupo al que pertenece el abogado Lucas Correa, defensa de Martha Sepúlveda-, la decisión de cancelación del procedimiento de eutanasia por el Instituto Colombiano del Dolor, pues según el Comité Científico de la entidad médica no se encontraron los elementos que justifiquen la terminalidad de la vida, contrario a lo que se había considerado en el primer comité, donde participaron los mismos integrantes, entre ellos médicos especialistas, un abogado y un fisioterapeuta.
Por esta razón, el abogado Lucas Correa interpuso una acción de tutela con el objetivo de que se reverse la decisión, pues según el profesional y el grupo que lo respalda - DescLab, “Martha Sepúlveda no solicitó este segundo Comité y rechaza la decisión. La cancelación de este procedimiento evidencia la falta de ética y profesionalismo de las personas contratadas por la IPS Incodol quienes, sin ningún reparo, 36 horas antes del procedimiento más importante y trascendental en la vida de Martha, deciden, de manera ilegítima, vulnerar sus derechos”.
El rechazo a tal decisión se da también según DescLab, porque la IPS Incodol argumenta que “la paciente tiene altas probabilidades de expectativa de vida mayor a seis meses, por lo tanto no cumple a la fecha con el criterio de terminalidad y se decide en consenso cancelar el procedimiento de muerte digna a través de la eutanasia”.
Por último, la firma de abogados señaló que su defendida reúne todos los requisitos de la normartividad colombiana para acceder al derecho del suicidio asistido: “(1) tiene una enfermedad grave e incurable según su historia clínica, (2) considera que los dolores y sufrimientos que padece son incompatibles con su idea de dignidad, y (3), ha manifestado el consentimiento libre, informado e inequívoco de manera reiterada”.
La cancelación del procedimiento eutanásico se dio horas antes de este domingo 10 de octubre a las 7 de la mañana, fecha que había sido escogida por Martha Liria Sepúlveda Campos para terminar voluntariamente con su vida, tras padecer Esclerosis Lateral Amiotrófica- ELA desde hace tres años, lo que le estaba impidiendo una movilidad propia, teniéndose que valer por su hijo.