Colombia tiene el privilegio de ser el país con mayor diversidad de aves en el mundo, más de 1.900 especies hacen que el avistamiento de aves en el país sea un verdadero paraíso para los ornitólogos y aficionados. La biodiversidad de esta fauna es realmente fascinante, los paisajes sonoros y las interacciones que generan las aves en los ecosistemas han provocado iniciativas de turismo y preservación del hábitat de las aves que, por fortuna, están involucrando a los niños y eso hace que el presente y el futuro de las nuevas generaciones que hacen avistamiento tengan una gran responsabilidad.
Río, gracias a su aguda escucha, sabe reconocer varios cantos de las aves, son tan variados y diversos como sus colores y formas, es sorprendido por un Habia Cristata, entonces emprende un viaje en busca de los mensajes de las aves y se encuentra con un grupo de niños y niñas que son amigos de los pájaros y se llama Club Cristata, Río se sorprende de este proceso, el conocimiento, sentido de responsabilidad y pertenencia que tienen los niños con su territorio y los pájaros que lo habitan.
El Club Cristata nació de los talleres diseñados para la comunidad en el proyecto de avistamiento de aves desarrollado por Colciencias, la Universidad de Ibagué y la Red de Turismo de Naturaleza, de la cual hace parte la reserva natural Entre Aguas, en el mes de octubre del año 2017. Su nombre hace referencia a una especie endémica y emblemática de la zona, el Habia Cristata, es un ave gregaria y muy sonora, se reconoce fácilmente por su coloración roja escarlata y su cresta prominente, se caracteriza por habitar en las riberas de las fuentes de agua, pasear en grupos y trinar con un canto ruidoso muy característico. Actualmente, el Club Cristata es apoyado académicamente por biólogos de Anthocephala (Asociación Tolimense de Ornitología).
La paciencia y el silencio son las mayores condiciones para poder acercarse al hábitat de las aves, para apreciar y escuchar las interacciones que tienen diversas especies. Un buen plan para hacer en familia junto a los niños, en un momento donde estar encerrados frente a una pantalla es la primera opción, salir a caminar al aire libre las montañas, contemplar, reconocer y respetar el espacio acústico, atendiendo a los sonidos y los desplazamientos es todo un acto de escucha y atención plena que tiene grandes beneficios.
‘Pajarear’ es un verbo que invita a la entrega presente de nuestros sentidos, al sentirnos conectados con la naturaleza y su sonoridad, podemos sentir que somos parte de ella, los humanos y las aves tenemos muchas cosas en común.
En el próximo capítulo del radio laboratorio, vamos a acercarnos a la ornitología desde la curiosidad, la escucha y el asombro de los pequeños observadores y amigos de los pájaros del club Cristata de Coello. Ellos nos compartirán consejos para realizar la observación y el registro del avistamiento, saber los nombres científicos de algunas aves, qué comen, dónde se ubican, y cómo vestirse para ver las aves, hace parte de la iniciación en este arte de apreciar las aves, aprender a reconocer algunas especies, a diferenciar machos de hembras, por sus colores y cantos, reconocer las diferencias de sus picos, plumas y alas, son algunos de los retos que propone la ornitología, aparte de comprender algunos comportamientos, los pájaros nos enseñan con su capacidad de adaptación, para verlos más de cerca, vamos a realizar un experimento en casa, aprenderemos a hacer un catalejo.
Preparen sus oídos y toda su atención, el segundo capítulo de Río y los amigos de los pájaros nos permitirá ver más allá de donde alcanza nuestra mirada, con una invitación a abrir la escucha y conectarnos con lo esencial que es invisible a los ojos. El lenguaje sonoro es el medio para romper las barreras entre los humanos y los animales, por años nos han maravillado los cantos de las aves, ahora podemos ofrecerles nuestras voces, oídos, y silencios, para consumar la plenitud de esta simbiosis acústica.
Despertar arrullados por el canto de las aves es uno de los regalos más hermosos que recibimos cada mañana, aún en las ciudades se pueden percibir sus cantos, cuando el bullicio se silencia, los pájaros han sido muy generosos con nosotros, brindándonos su presencia y colorida voz, enseñándonos con su capacidad de adaptación y resistencia a las adversidades, es hora de reconocer su presencia como un gran regalo de la existencia.