Desde los intrincados bordados y tejidos, las 'Mujeres de Mesetas' han forjado una sólida asociatividad con un objetivo claro: erradicar el estigma que persiste en torno a quienes firmaron los acuerdos de paz en 2016. El estigma, convertido en una de las principales barreras para el desarrollo y la reintegración a la vida civil de los firmantes, se ha convertido en un obstáculo en su camino hacia una plena reinserción.
Tras la firma de los Acuerdos de Paz, se erigieron 24 espacios territoriales de reincorporación en 17 departamentos del país. Su propósito era facilitar la transición de esta población hacia la vida civil en todas sus dimensiones, respetando la singularidad de cada individuo y su proceso de reincorporación. Sin embargo, las cifras de la Agencia de Reincorporación y Normalización (ARN) para mayo de 2023 muestran que "9.827 personas residen fuera de los Antiguos Espacios Territoriales de Reincorporación". Estas personas continúan contribuyendo activamente a la construcción de paz en colaboración con las comunidades, pero su trabajo las hace más susceptibles a la estigmatización. Por lo tanto, muchos optan por ocultar su condición de firmantes y eligen narrativas distintas sobre su pasado.
En la región del Bajo Duda, en Mesetas, Meta, diversas familias de la población firmante afrontan el proceso de reintegración de manera individual. Sin embargo, el persistente estigma en la comunidad ha llevado a que muchos de ellos vivan con temor a revelar su verdadera identidad.
"En algún momento uno se ha sentido frustrado y con miedo de hablar", admite Liliana Montiel, una de las integrantes de la comunidad. "Preferíamos mantenernos en silencio debido a los prejuicios y juicios que la gente podía tener sobre nosotros. Pero quiero dejar claro que no todas las personas son buenas ni todas son malas. Solo deseamos forjar un futuro mejor para nuestras familias y nuestros hijos".
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En respuesta a estos desafíos, un grupo de mujeres en el sector del Bajo Duda ha establecido la Asociación de Mujeres Emprendedoras Construyendo Paz de Mesetas (ASMECOPAME). El propósito de esta asociación no se limita a nombres o etiquetas; su misión es empoderar a las mujeres y enfocarse en trabajar por el bienestar de sus familias y la reivindicación de sus derechos. A través de esta iniciativa, buscan desafiar la percepción tradicional de las mujeres como meras responsables del hogar.
Maireny Rodríguez, representante legal de ASMECOPAME, destaca la importancia de la asociación: "Nos hemos unido con el objetivo de generar ingresos para nuestros hogares. Muchas mujeres en las zonas rurales carecen de tierras para trabajar y enfrentan limitadas oportunidades laborales. Además, muchas dependen económicamente de sus parejas".
En el entorno rural, las mujeres se enfrentan a múltiples barreras, incluida la falta de conocimiento sobre sus derechos fundamentales. "La asociación nos ha brindado capacitaciones en temas como derechos reproductivos, violencia familiar, de género y sexual, así como desigualdad y estigmatización", comenta Maireny.
Liliana Montiel agrega: "Somos alrededor de 50 mujeres, desde jóvenes de 14 años hasta aquellas en situación de discapacidad. Nos dedicamos al arte de la costura, los bordados y los tejidos. Compartimos nuestras experiencias y conocimientos, dejando atrás nuestros pasados y tejiendo un nuevo camino hacia una vida llena de oportunidades para nuestros hijos. Estamos decididas a superar el estigma y trabajar incansablemente por nuestro futuro".
La labor de estas mujeres va más allá de la creación de bolsos, correas, mochilas y joyería; también confeccionan prendas como busos, camisas y pantalonetas. Aunque enfrentan desafíos característicos de todo emprendimiento, confían en que el apoyo de las entidades locales, departamentales y nacionales les brinde recursos para ser aún más eficientes y competitivas en el mercado. Su objetivo final es tejer lazos de amistad y empatía, erradicando el estigma y creando alternativas laborales para las futuras generaciones.