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“Nadie sabe qué pasó, pedimos verdad con llegada de Jorge 40”: víctima de El Salado

El paramilitar fue deportado anoche a Colombia y tiene activos 1.486 procesos por múltiples violaciones de Derechos Humanos.

Aunque sigue en pie, Yirley Velasco dice que murió el 18 de febrero de 2000. Ese día, paramilitares que se tomaron El Salado, en Carmen de Bolívar, abusaron sexualmente de ella. Entonces solo tenía 14 años y vio asesinar a amigos, vecinos y familia, antes de que “llegara su turno”. Por eso, dos décadas después, pide la justicia y reparación que no ha llegado, tras la deportación al país del exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Rodrigo Tovar Pupo, alias 'Jorge 40', a quien se le responsabiliza de esa masacre.

Durante una semana, del 16 al 22 de febrero, un grupo de al menos 450 hombres del Bloque Norte y el Bloque Héroes de los Montes de María, comandados por ‘Jorge 40’ y Rodrigo Mercado Pelufo, alias ‘Cadena’, se tomaron el corregimiento destruyendo casas y comercios a su paso, en lo que la Fiscalía determinó en 2008 como la matanza más grande de los paramilitares en su historia.

Torturas, degollamientos, asesinatos selectivos y violaciones se cuentan como algunos de los crímenes que dejaron más de 100 muertos, entre ellos una niña de 6 años, y muchas más víctimas. “El Salado vivió los días más aterradores que puede vivir una comunidad. Y la historia la cuentan a media, las muertes son muchas más de las que dicen, porque todavía hay gente desaparecida. Hubo violencia sexual, que casi nunca se toca ese tema. Fue lo peor que pudimos presenciar”, expresó Yirley en el programa Señal de la Mañana, de Radio Nacional de Colombia.

Por su propia experiencia, Yirley creó una fundación de mujeres víctimas de abuso sexual de El Salado, donde ahora hay mujeres que han vivido también violencia intrafamiliar y sexual fuera del conflicto armado. Y junto a otras organizaciones de víctimas pide, sobre todo, verdad y garantías de no repetición, que para ellos solo es posible conociendo lo que sucedió esa semana de terror en una población tan pequeña.

La esperanza llegó con la deportación al país de Rodrigo Tovar Pupo, luego de permanecer 12 años preso en Estados Unidos por narcotráfico, y presentado anoche ante la Fiscalía General de la Nación para continuar con 1.486 procesos judiciales que tiene abiertos, luego de ser expulsado del proceso de Justicia y Paz por renunciar a colaborar con las autoridades.

“Siempre le he apostado a conocer la verdad, más que otra cosa: quiénes fueron los que nos masacraron, quiénes dieron la orden para que a las mujeres de El Salado las violaran. Tenemos la esperanza puesta en eso, que él hable y pague por esos crímenes que vivimos en la comunidad”, manifestó Yirley. Y es que -dijo- pese a las muchas audiencias realizadas sobre esta masacre, “nadie sabe la verdad, el por qué pasó”, y además nunca han hecho un acto de perdón, por eso las víctimas insisten en la justicia.

Alias ‘Jorge 40’ deberá cumplir con las sentencias judiciales y las 100 órdenes de captura y 147 medidas de aseguramiento en su contra vigentes. Investigaciones por varios homicidios selectivos, como el del profesor Alfredo Correa de Andréis en Barranquilla y por masacres como la de El Salado.

“No ha sido fácil superar estos hechos, es un proceso fuerte, las entidades públicas nunca se han encargado de preguntarnos o hacer un acompañamiento, nunca. Yo cogí fuerza por mi familia, por mis hijos, por las mujeres que todavía seguían en silencio. Yo creo en el perdón, ellos nunca han pedido perdón pero yo los perdoné. Pido a la justicia que eso no se repita, que El Salado pueda vivir tranquilo nuevamente”, afirmó Yirley.

El ministro (e) de Justicia, Javier Sarmiento Olarte, aseguró que el exparamilitar quedará a disposición de la justicia ordinaria, aunque este había pedido pista en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para contar la verdad. Y la Procuraduría también reiteró que ‘Jorge 40’ debe comparecer ante la justicia ordinaria por las graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario que cometió.

Mientras tanto, la comunidad de El Salado también denuncia el olvido estatal en el que se encuentra. “La comunidad está en la lucha por una reparación digna. Y aprovecho este espacio para contar el problema que tenemos con el alcantarillado, puede generarse una emergencia sanitaria si los entes gubernamentales no le prestan atención, el alcantarillado colapsó, hay muchas enfermedades debido a eso, no se puede caminar por las calles”, terminó Yirley.

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