Un reciente informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) sobre la biodiversidad en el mundo, revela que América Latina es la región con mayor pérdida de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016. El cambio de uso de suelo para producir alimentos es una de las principales causas.
“Lo que muestran los análisis de 21 mil poblaciones de vertebrados; o sea, mamíferos, aves, reptiles y anfibios, es que están perdiendo el 68% de las poblaciones a nivel global, y en América Latina estamos perdiendo el 94%”, afirmó Mary Lou Higgins, directora de la WWF en Colombia, en el programa Señal de la Mañana, de Radio Nacional de Colombia.
Desde los seres más diminutos hasta los más grandes del planeta, así como los suelos donde habitan, enfrentan un serio declive, advierte el informe ‘Planeta Vivo’. Este, incluyó en su medición 400 especies adicionales que los informes anteriores (que se realizan cada dos años) y 4.870 poblaciones más que en 2018.
Además, se calcula que una de cada cinco especies vegetales en el mundo (22%) están amenazadas de extinción, en su mayoría en zonas tropicales. Su pérdida conlleva graves consecuencias, pues las plantas constituyen los pilares estructurales y ecológicos de todos los ecosistemas terrestres, resalta el informe.
La causa más importante de la pérdida de biodiversidad de la región (el 51,2%) es el cambio en el uso del suelo para adaptarlos a la agricultura. Así, se registró una conversión de hábitats nativos prístinos (bosques, praderas y manglares) en sistemas agrícolas. Además, gran parte de los océanos ha sufrido sobrepesca.
“La conclusión es clara: la naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global”, indicó Roberto Troya, director regional de WWF para América Latina y el Caribe.
Otras causas de estos daños a la biodiversidad son los usos de ecosistemas para infraestructura, el crecimiento urbano, la producción de energía y la minería, la fragmentación de ríos y arroyos y la extracción de agua. A los peces de agua dulce los afecta principalmente la sobreexplotación y el desarrollo de la energía hidroeléctrica, que se prevé como un grave problema a futuro. Y a los anfibios los amenaza la pérdida de hábitat y las enfermedades.
“Además de la producción de alimentos, la biodiversidad del suelo proporciona una amplia gama de funciones y servicios de los ecosistemas, incluida la retención y purificación del agua, el ciclo de los nutrientes, la degradación de algunos contaminantes y la regulación de los gases de efecto invernadero, así como el mantenimiento de plantas y animales”, explicó Luis Germán Naranjo, director de Conservación y Gobernanza de WWF Colombia.
Por eso, el WWF advierte que otra amenaza para las sociedades por la pérdida de biodiversidad son los efectos en la seguridad alimentaria de algunas poblaciones. Recomiendan modificar las prácticas agrícolas y pesqueras por unas sostenibles, como por ejemplo reducir el uso de químicos, fertilizantes, y pesticidas.
“Lo importante del informe es llamar a la conservación y a la protección del medio ambiente, que es una responsabilidad de todos, lo que implica que cada uno de nosotros hagamos algo para generar los cambios que necesitamos. Tal vez uno de los aspectos más importantes de este informe es que muestra los diferentes tipos de acciones que necesitamos tomar tanto en Colombia como a nivel global”, aseguró Lou Higgins.
Actualmente, la mayoría de los lugares sin huella humana se concentran en sólo un puñado de países: Rusia, Canadá, Brasil y Australia. Ahí se encuentran las últimas zonas realmente vírgenes de nuestro planeta.
Escuche la entrevista completa de Mary Lou Higgins, directora de la WWF en Colombia, aquí: