La deforestación en el Meta se reduce en un 34% en el 2023
Desde el 2020 al 2023, Cormacarena, con la participación de instituciones como la Policía, el Ejército, agencias de turismo, centros educativos, bomberos y comunidades, sembraron 3.076.441 árboles nativos y frutales, en 28 de los 29 municipios del departamento del Meta, a través de la estrategia “Meta Verde”.
El más reciente informe entregado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, reveló que el Meta logró reducir un 34 por ciento la deforestación en el año 2022. Mientras que en el 2021 el departamento perdió más de 38 mil hectáreas de bosque, el año anterior se redujo esa pérdida a 24.000 hectáreas, es decir, se dejaron de talar 14.000 hectáreas, principalmente del Bioma Amazónico, en el sur del Meta.
Marcela Mondragón, líder del grupo Bióticos de Cormacarena, expresó: “Se han sembrado en el departamento del Meta, 3.076.441 árboles nativos, gracias a la estrategia Meta Verde y a los seis viveros con los que cuenta Cormacarena en los municipios de Villavicencio, Puerto López, Mapiripán, San Juan de Arama, Puerto Rico y La Macarena. Es importante resaltar la disminución en la deforestación en un 34 % para el año 2022 en el Meta. Esto evidencia el gran compromiso con el medio ambiente y con los recursos naturales”, señaló la funcionaria.
La implementación de los seis mega viveros es un gran aporte a la reforestación, actividad que producen 1.500.000 plántulas nativas al año, más el aporte en los procesos de las mismas comunidades que ven la necesidad de preservar.
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“Para nosotros como pueblos indígenas Nasa Yuwe, la reforestación de nuestro territorio es muy importante, ya que es un lugar sagrado. Por ello, hemos venido haciendo el ejercicio de reforestar las lagunas y humedales que tenemos en la zona, con la siembra de más de 2.500 árboles maderables nativos, donde las mismas familias se han unido para producir el material vegetal o recolectarlo. Con esta iniciativa queremos dejar un mensaje de conservación a las futuras generaciones y una forma de hacerlo es enseñándoles desde su niñez la importancia de cuidar la flora, la fauna y las fuentes de agua. Conservar nuestro ecosistema, ahora más que nunca, es responsabilidad de todos”, así lo señaló Jorge Rivera, líder del resguardo indígena Ondas del Cafre, en Mesetas, Meta”.
Así mismo, Andrés Felipe García Céspedes, director de la Corporación Ambiental Cormacarena, indicó que: “La comunidad ha pasado de ser vista como un problema a convertirse hoy en parte de la solución. Le apostamos a la construcción de paz ofreciendo a las comunidades oportunidades de generar ingresos a partir de la conservación de la naturaleza, asegurando que no regrese a manos de aquellos que han causado tanto daño. Así reafirmamos nuestro compromiso por contemplar un departamento más verde y sostenible”.
La Macarena, donde se encuentra el reconocido paraíso de los siete colores ‘Caño Cristales’, fue reconocido en el 2022 como el municipio más deforestado de Colombia, pero ahora, debido a las acciones de la Autoridad Ambiental del Meta, con el establecimiento de un mega vivero que produce más de 300.000 plántulas al año, han permitido la transformación de esta zona del territorio, que reporta únicamente 43 hectáreas afectadas en lo corrido de 2023.
Carlos Correa Balbuena, operario del vivero en el municipio de Mesetas, dijo que: “A lo largo de 6 años se han entregado a las comunidades 160.000 árboles, todo con material vegetal germinado con semillas propias de la zona, es decir, nativo de esta región, lo que ha permitido una excelente adaptación al momento de plantarlos. A estas actividades se han vinculado el Ejército, la Policía Nacional, empresas de turismo, instituciones educativas y la administración municipal, todos unidos en un solo propósito, cuidar el medio ambiente”.
A esta campaña de conservación, ahora desde Cormacarena y la administración local de Mesetas, se les ha entregado a familias más vulnerables de la zona rural, un proyecto de 97 estufas Ecoeficientes, más 200 árboles de Yopo por cada hogar, como aporte para dejar de talar el bosque nativo, donde los campesinos extraen la leña para los fogones.
