La voraz destrucción de la selva amazónica, la caza indiscriminada de la fauna silvestre y la contaminación del río Putumayo están acabando con la 'madre naturaleza'. Si no se toman acciones para detener estos devastadores hechos, sus comunidades prevén sufrir seriamente en unos años debido a la falta de oxígeno, la escasez de agua y alimentos.
"Siempre se ha dicho que la Amazonía colombiana es el pulmón del mundo. Nos enorgullece que así sea, pero no lideramos acciones para su conservación, sino para su destrucción", expresó Rosaura Figueroa, lideresa social del municipio de Leguízamo, quien a través de la fundación comunitaria 'Mujeres Guardianas del Agua' emprende campañas de reforestación en el bajo Putumayo.
Con el apoyo de 20 líderes sociales, Rosaura sembró 700 plantas ornamentales en puntos estratégicos que conectan el perímetro urbano de Leguízamo con el aeropuerto Caucayá. Para su cuidado, las 'Mujeres Guardianas del Agua' apadrinaron cada plántula y están seguras de que habrán alcanzado su máxima altura a finales de 2023.
"Además de embellecer nuestros entornos, estamos cuidando los recursos que prolongan nuestra existencia. Es hora de reflexionar sobre los irreparables daños que estamos causando al planeta Tierra las 24 horas del día. Recordemos que este es el único hogar que tenemos y nuestra misión como seres humanos es amarlo, respetarlo y cuidarlo", expresó.
Por su parte, Albeiro Marroquín, secretario municipal de agricultura y medio ambiente, afirmó que si bien es cierto que el desinterés de la comunidad por preservar la selva amazónica es mayor que la conciencia para preservar el hábitat de todos los seres vivos, sostuvo que la ganadería sigue ganando terreno en los bosques nativos de la región.
"La depredadora tala de árboles se expande sin control en los municipios de Puerto Guzmán, Puerto Asís y Leguízamo. En cuanto a esta expansión, el primer municipio sobresale en deforestación, mientras que las localidades siguientes se disputan el segundo lugar", dijo el funcionario.
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"La selva llora"
Ante los daños ambientales ocasionados por estas inadecuadas prácticas pecuarias, indicó que el colectivo comunitario 'Mujeres Guardianas del Agua' se sumó a la siembra de 1.000 árboles.
"Con ello esperamos minimizar los daños causados al medio ambiente, que son los principales causantes del calentamiento global, cuyos impactos negativos se están sintiendo con fuerza no solo en la Amazonía, sino también en el resto de Colombia y el mundo", manifestó.
La selva amazónica está llorando y si la humanidad desea prolongar su existencia, argumentó que lo más sencillo y oportuno que puede hacer es sembrar un árbol, cuidar los ríos y no contaminar el aire.