Bogotá accesible: un reto pendiente en la movilidad para todos
Las localidades menos adaptadas para personas en situación de discapacidad son Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, Usme, San Cristóbal y Antonio Nariño.
En Bogotá, la población en situación de discapacidad se enfrenta diariamente a una infraestructura de espacio público que los pone no solo en riesgo, sino también les hace más difícil desarrollar su vida con normalidad, por lo que exigen un cambio en las políticas públicas y la cultura ciudadana.
Algunos de los desafíos diarios a los que se enfrentan las personas en situación de discapacidad en Bogotá son las continuas obras, el cierre de andenes, los puentes peatonales sin accesos para esta población y el no hacer parte de las decisiones sobre el diseño de la ciudad.
Lo anterior, aumenta las barreras físicas que les impiden desarrollar sus actividades con mayor autonomía, sobre todo en las calles, las escaleras y los vehículos, pues de acuerdo con la Secretaría de Gobierno, hay 12 mil carros inscritos por discapacidad.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de Bogotá, la mayoría de personas en situación de discapacidad en la ciudad se ubican en las localidades de Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar, Suba y Rafael Uribe Uribe. Sin embargo, preocupa la situación de esta última, teniendo en cuenta que es una de las localidades menos adecuadas en sus espacios peatonales para personas con alguna condición especial.
Ante esto, el Distrito creó la Política Pública de Discapacidad mediante el Decreto 089 de 2023 que pretende beneficiar a las personas en esta condición, sus familiares y cuidadores a través de estrategias interinstitucionales entre las que se destacan “cerca de 3 mil adecuaciones de infraestructura física de paraderos en términos de accesibilidad, con módulos braille, zonas de espera adecuadas y mobiliario”, según informó la Secretaría de Movilidad.
Una ciudad construida para las personas con discapacidad necesita un diseño universal consultado con estas personas para crear espacios públicos amigables para todos, con rampas y aceras adaptadas; señalización táctil y auditiva; y un transporte público accesible.