En la aldea de Burqin, en Cisjordania, las candidatas a las elecciones municipales de este sábado aportaban un último toque a su campaña 100% femenina, con una lista denominada "Qaderat", que significa capaces en árabe.
Burlándose de la tradición patriarcal y de clanes que todavía deja poco espacio a las mujeres en política, en su campaña incluso han usado artilugios electorales inéditos: espejos de bolsillo dentro de bolsitas rosas con las siglas de su logo.
Para Saba Kahluf, una de las postulantes, las mujeres no son diferentes de los hombres y esta lista femenina es una forma de "probar su existencia".
Las elecciones municipales se celebraron oficialmente este sábado en 376 pueblos de Cisjordania, pero 162 de ellos presentaron una sola lista de candidatos y en 60 localidades no se registró ninguna.
En marzo se celebrará una segunda fase para las ciudades.
Al igual que en el último escrutinio de 2017, las elecciones no se llevaron a cabo en la Franja de Gaza, donde el movimiento islamista Hamás, en el poder, se niega a celebrar cualquier escrutinio mientras la autoridad palestina -que lidera Cisjordania- no autorice elecciones legislativas y presidenciales.
El presidente palestino Mahmud Abas, de 86 años, anuló en enero las dos elecciones que debían celebrarse durante el año y que habrían sido las primeras elecciones nacionales en 15 años, alegando que su celebración no estaba "garantizada" en Jerusalén-Este, parte palestina de la Ciudad Santa anexada por Israel.
Hamás condenó enérgicamente esa decisión, reforzando aún más la larga lucha fratricida entre las dos facciones.
Este sábado, las elecciones municipales no esclarecerán nada sobre la popularidad de uno u otro bando, ya que Hamás no presenta candidatos y la mayoría de los participantes se presentan sin una etiqueta.
Pero para las ocho candidatas de "Qaderat", el escrutinio constituye una oportunidad para hacer avanzar la política palestina, en la que las mujeres siguen siendo marginadas.
Amenaza de divorcio
En Burqin, seis listas compiten por 11 escaños en el municipio. En las calles del pueblo de 8.000 habitantes, el afiche de "Qaderat" es el único sin las fotos de las candidatas, que prefirieron poner un logo colorido, el dibujo de una cara de mujer de perfil.
"La lista cambió 18 veces antes de ser finalizada debido a las presiones ejercidas sobre las mujeres, a veces incluso amenazadas de divorcio por sus maridos", contó a la AFP Abdelbaset Jalaf, que ayudó a elaborarla.
Otras se vieron obligadas a retirarse por presiones de familiares inscritos en listas electorales rivales, añadió la candidata Renad Abas, trabajadora social. "Cuando surgió la idea, tuvimos muchos problemas", recordó.
"Estoy seguro de que las mujeres tienen mayor aptitud para el trabajo comunitario que los hombres", estimó por su parte el marido de una de las candidatas, que prefirió el anonimato, pero les desea "una victoria brillante en las elecciones".
La ley electoral estipula que las listas deben incluir 25% de mujeres y más de 1.500 mujeres se presentaron este sábado.
Sin embargo, sólo nueve de ellas encabezaban listas y las demás suelen figurar al final, lo que les impedirá en la práctica participar.
Uno de los objetivos de la lista es "asegurar una mayor participación (femenina) de lo previsto por la ley electoral" y abrir el camino a otras mujeres, explicó Saba Kahlouf, profesora de geografía.
Al ser interrogada sobre los espejos que distribuye, explicó que no tienen por objeto permitir a las electoras empolvarse la nariz, sino echarse una última mirada antes de deslizar su voto en la urna.