En Señal de la Mañana hablamos con Andrés Weisz, director general de Médicos Sin Fronteras Sudamérica. Esta organización tiene presencia de personal en la Franja de Gaza y está tratando la difícil situación. Según Weisz, trabajan en siete localidades dentro de la zona del conflicto, sin embargo, no se da abasto.
“Hace unos días se presentó una situación en la que un hospital en dónde solo hay 700 camas, se reportaron cerca de 2.000 personas. Es difícil porque está cercado el territorio, no pueden ingresar suministros, no hay electricidad, no hay combustible, no hay material médico y hay muchas personas heridas”, menciona.
En datos entregados por el director, en Gaza el 65% de la población es menor de edad, lo que implica que, en casi todos los casos, la mayoría de los heridos son jóvenes. Esta situación, estaría yendo en contra vía con lo pactado en el Convenio de Ginebra, firmado en 1949 y que establece protocolos adicionales del derecho internacional humanitario, que protegen especialmente a las personas que no participan en las hostilidades (civiles, personal sanitario, miembros de organizaciones humanitarias) y a los que ya no pueden seguir participando en las hostilidades (heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra).
“Todo lo que tiene que ver con acceso a cirugía y la trata de las personas que son víctimas del conflicto armado está haciendo muy limitado”, sostiene Weisz.
Respecto al reciente ataque al hospital baptista Al-Ahli de Gaza, el director general de Médicos Sin Fronteras Sudamérica, sostiene que en el pasado ya se había presentado una situación similar en otra zona de guerra. Se trata del ataque al hospital de Kunduz, en Afganistán, en 2015.
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“Nosotros como organización no hacemos análisis políticos, no tenemos expertos, simplemente somos también víctimas de un conflicto que está en escalada. Nuestro personal internacional que estaba depositado en la zona del ataque en Gaza se desplazó hacia el sur y se está tratando de buscar salida, ya que hoy en día todos los accesos de ingreso y de salida del país están cerrados”, agrega.
Weisz hace un llamado a la comunidad internacional debido a las situaciones de vida precarias que se presentan en Gaza, el impedimento al ingreso de suministros médicos, y los ataques a la población civil, que, según él, debe ser protegida.
"Detengan el derramamiento de sangre indiscriminado. No están respetando los centros sanitarios como lugares protegidos. Los hospitales, las ambulancias y cualquier lugar de atención de salud no son un blanco bélico. Esto no es aceptable dentro de lo que se llama las leyes de la guerra”, concluye.