La corte, con sede en Luxemburgo, advirtió que la falta de armonización legal entre los países del bloque hace que existan literalmente cientos de sistemas de etiquetado y logotipos diferentes.
Así, los consumidores europeos están expuestos a mensajes que, "deliberadamente o no, engañan", indica el informe.
Las normas europeas prevén la mención de información esencial de los productos alimenticios en cada envase, señala el estudio, aunque los controles en cada país son "insuficientes".
El estudio menciona la complejidad, por ejemplo, de los sistemas de control de etiquetado en Bélgica, que posee dos autoridades competentes a nivel federal y otras tres a nivel regional.
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De acuerdo con el tribunal, la normativa europea igualmente permite que empresas destaquen en un envase una característica de determinado producto y escondan aspectos cuestionables.
Como ejemplo, cita un envase que destaca que un producto en "rico en vitamina C", o "rico en fibras", aunque contenga elevados contenidos de grasas y azúcares.
El tribunal también critica la coexistencia, dentro de la UE, de diversas etiquetas nutricionales.
Así, menciona la etiqueta, "Nutri-score" en Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Países Bajos, "Keyhole" en Dinamarca, Lituania y Suecia, "NutrInform Battery" en Italia o hasta un símbolo del corazón en Finlandia.
Esta multiplicidad puede "conducir a la fragmentación del mercado y confundir a los consumidores", indica el estudio.
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La corte también deploró que los consumidores estén "expuestos a afirmaciones que no se basan en una evaluación científica".
En este caso, cada país tiene su propio enfoque, en un cuadro que permite promesas "potencialmente engañosas" en los envases.
El tribunal señala finalmente "la ausencia de normas europeas relativas a las etiquetas vegetarianas y veganas", que no están definidas en la legislación de la UE