Los países en desarrollo pidieron este lunes en la ONU que se cumplan los objetivos de reorganización del orden mundial y del sistema financiero para ayudar a las naciones más pobres, víctimas de una avalancha de crisis, a lograr un futuro mejor.
En un contexto de tensiones geopolíticas sin precedentes en décadas, esta cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aperitivo de la Asamblea General de la ONU, en la que participará por primera vez el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recién llegado a Nueva York, y cuya presencia puede opacar los objetivos y preocupaciones acuciantes de los países del Sur Global.
El futuro de los 17 ODS que adoptaron los estados miembro de la ONU en 2015 para lograr un futuro más sostenible y mejor para "más de la mitad del mundo" para 2030 es fundamental, y más para aquellos que sufren las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Estos objetivos "encarnan las esperanzas, sueños, aspiraciones y expectativas de las personas de todo el mundo", insistió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
"Ha llegado la hora de que los escuchen", espetó a la audiencia.
A mitad de camino, solo 15% de los 17 ODS van por buena vía, muchos están estancados y otros en retroceso.
Unicef, la organización de la ONU para la infancia, advirtió que si las cosas siguen como ahora, dejarán atrás a "1.900 millones de niños en 140 países".
"Mancha espantosa"
"En nuestro mundo de abundancia, el hambre es una mancha espantosa para la humanidad y una violación épica de los derechos humanos", dijo Guterres.
Salir de la pobreza, acceder a la educación, al agua potable, a una energía limpia, tener buena salud, luchar contra el cambio climático o lograr sociedades en paz, son objetivos de desarrollo que están interrelacionados.
Los mandatarios tienen a la "tribu de jóvenes" presionando. "Si no respetáis vuestros compromisos para limitar el calentamiento global por debajo de +1,5°C (...), estáis poniendo en peligro la vida y el futuro de toda nuestra generación, así como de los que vendrán después de nosotros", recordó desde el podio la joven activista sudanesa Mayada Adil.
Cambios
En un mundo cada vez "más multipolar y menos multilateral", como lo definió el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, azotado por crisis como la pandemia de covid-19, catástrofes climáticas, guerra de Ucrania y el impacto en cascada en la carestía de la energía y los alimentos- los países en desarrollo tienen miedo de quedar atrás.
Para el presidente colombiano, Gustavo Petro, la guerra "nos quita tiempo para pensar" y propuso dos conferencias para resolver los conflictos de Ucrania y Palestina.
Ante el peso de la deuda, insistió en el "imperativo categórico" de reestructurar el sistema financiero multilateral y crear un "plan Marshal" para afrontar la crisis climática.
Una exigencia que contempla la declaración adoptada por consenso, en la que los estados miembros se comprometen a "actuar sin demora" para hacer real este "plan de acción para la gente, el planeta, la prosperidad, la paz y la asociación, sin dejar a nadie atrás".
"A fin de cuentas, lograr los ODS depende de una reforma fundamental de las relaciones económicas y políticas", dijo por su parte el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa.
Según la declaración, se necesitarían en torno a los 500.000 millones de dólares al año para lograr los ODS.
Borrell aseguró que la Unión Europea está dispuesta a invertir "300.000 millones en apoyo de la implementación de los ODS".
"Los más vulnerables en el mundo nos miran, como esta joven que conocí en Chad la semana pasada, que huyó de la violencia impensable en Sudán", declaró la embajadora estadounidense en la ONU Linda Thomas-Greenfield. "Esta joven cuenta con nosotros".
"Hay una brecha creciente entre el mundo en desarrollo y el mundo desarrollado", reconoció por su parte un diplomático europeo, que abogó por garantizar que la brecha "no crezca todavía más".