Creador de la "ciudad de los 15 minutos", el colombiano Carlos Moreno promueve de París a Buenos Aires el concepto de urbes de tamaño humano, donde los ciudadanos tengan todos los servicios básicos al alcance de la mano.
El investigador de 65 años, que tiene también la nacionalidad francesa, recorre el mundo para hablar de su concepto, que experimenta desde 2016, sobre todo en París, de cara a los Juegos Olímpicos.
"Al inicio la gente me decía 'suena muy lindo, pero jamás funcionará porque es difícil que la gente trabaje cerca de donde vive", recuerda este profesor de la universidad parisina Panthéon-Sorbonne, encargado de la cátedra "Emprendimiento - Territorio - Innovación".
Pero todo cambió con la pandemia del Covid-19. Los confinamientos hicieron pensar las ciudades "en términos de distancias cortas", explicó al diario Le Monde en 2020.
¿Qué es una ciudad de los 15 minutos?
La "ciudad de los 15 minutos" es un lugar donde los habitantes ya no dependan del auto --generando menos emisiones de carbono-- y puedan acceder a sus seis necesidades vitales a proximidad: "vivir, trabajar, educarse, curarse, descansar y abastecerse".
"Construimos infraestructuras, pero no calidad de vida. Sin embargo, actualmente el urbanismo basado en la zonificación, que separa el espacio residencial de los barrios de oficinas, el comercio y la industria, ya no funciona", analiza Moreno.
En cuatro años, la idea de la "proximidad feliz", que libera tiempo para uno mismo y descentraliza el trabajo en lugar de generalizar el teletrabajo, se ha extendido como la pólvora.
París, Nueva York, Buenos Aires y Seúl, todas ellas miembros de la red C40 de megaciudades comprometidas con el clima, han adoptado el concepto.
"Cosmopolita"
En París, la alcaldesa Anne Hidalgo respaldó la idea de la "ciudad de 15 minutos" en la campaña electoral que la llevó a la reelección en 2020, y desde entonces afirma haber multiplicado el número de carriles para bicicletas en la capital francesa.
Moreno propone replantear las urbes a partir de la proximidad, creando una alianza entre "ecología, economía y social".
Aplaudido por el Programa Hábitat de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y el IPCC, el trabajo de Moreno también le ha valido numerosos premios de urbanismo y arquitectura, a pesar de que, como él mismo señala, "no es ni urbanista ni arquitecto".
¿Control a la población?
La otra cara de su fama es que también ha sido blanco de los conspiracionistas, que atizan el fantasma del encierro y el control de movimiento de la población.
Nada predestinaba a esta carrera a este hijo de un campesino, nacido en Tunja, Colombia, en 1959 y que llegó a Francia a los 20 años como joven refugiado político.
"Es un cosmopolita, un ciudadano del mundo con una trayectoria totalmente atípica", dice de él Christine Leconte, presidenta del Consejo Nacional de Arquitectos de Francia.
"Ha permitido a los alcaldes cuestionarse su papel político en el futuro de sus ciudades", añade.
Pero también tiene críticos. "'La ciudad del cuarto de hora' es todo menos su concepto".
Moreno "solo ha hecho marketing", afirma Jean-Marc Offner, presidente de la Escuela Urbana de la escuela parisina Sciences-Po.