En Bojayá, Chocó, justo después de los hechos de la masacre en 2002, cuando la población estaba en condición de desplazamiento, en proceso de resistencia, se unieron algunas víctimas y conformaron el Comité 2 de Mayo.
Desde ese entonces este organismo viene trabajando por la comunidad; en particular ha liderado el proceso de retorno al territorio, la atención en emergencia de las víctimas, la reubicación de Bellavista -cabecera municipal-, y han estado al frente de las conmemoraciones de manera consecutiva, entre otras.
En 2014 se unieron más de 10 organizaciones comunitarias –entre ellas el Comité 2 de Mayo– conformada por afros e indígenas, y crearon el Comité por los Derechos de las Víctimas en Bojayá.
“Esto se hizo con la intención de articular todas esas fuerzas vivas internas de Bojayá en los procesos organizativos y desde allí seguir impulsando temas muy estratégicos. Se participó en el espacio en la mesa de diálogo de la Habana, allí se representó a las víctimas de Bojayá, a las víctimas del país y desde ese entonces se han venido desarrollando diferentes actividades para satisfacción de los derechos de las víctimas en la región”, aseguró José de la Cruz Valencia, líder del proceso de víctimas del municipio de Bojayá.
José considera que desde el ejercicio de la Unidad de las Víctimas la acción de reparación más destacable, importante y completa fue el proceso de exhumación, identificación y entrega para un entierro colectivo y despedida espiritual de las víctimas.
“Se construyó con ellos, se escuchó permanentemente a las víctimas, las reglas de juego las establecieron directamente las comunidades, y se generó un proceso de articulación institucional importantísimo para dar respuestas coherentes y según la satisfacción de las víctimas”, indicó de la Cruz Valencia.
Luego del Proceso de Paz, destaca que en su implementación hay algunas líneas en las que se ha avanzado de manera positiva, pero aun así señala que como población les preocupa que no se está garantizando la no repetición.
“Bojayá sigue en medio del conflicto armado, está a merced de los actores armados ilegales. Después de la firma de un acuerdo esperábamos tener una tranquilidad real en el territorio, donde la fuerza que se encontrara fuera legítima del Estado, que lastimosamente no es así.
Un bosque para sanar a las víctimas en Arauca
“Nos parecemos a ese bosque. A un bosque lo queman, lo talan, le tiran basura y él se restaura, tiene una capacidad de regeneración impresionante. Esa es nuestra resiliencia, pararse en medio de la adversidad, construir en medio del dolor, que esas cosas feas se conviertan en una oportunidad”, así contrasta Yolanda Montes su experiencia de vida con el Bosque Humanitario, ubicado en la ribera de la quebrada La Pava en Saravena, Arauca.
Yolanda es la representante legal de ASOFAVIDA, una asociación de más de 120 personas que buscan a sus familiares desaparecidos durante el conflicto en la región del Sarare, entre Arauca y Norte de Santander, quienes crearon un espacio en el que tuvieran la posibilidad de ir a recordar a sus seres queridos, a hacer memoria y a hablar con ellos. Así nació el Bosque Humanitario establecido dentro de la Concentración de Desarrollo Rural, un colegio donde estudian algunos de los nietos de las víctimas.
Son 80 árboles de yopo, una especie que puede crecer hasta los 18 metros, y en lengua indígena achagua, quiere decir ‘corazón’. Para ellos, para las víctimas, son un símbolo de esperanza, fueron sembrados de manera circular porque todos los días encuentran personas que también están buscando a sus seres queridos, un círculo que no se cierra. Para ellos, es sembrar a la víctima y por eso cada árbol lleva el nombre de una persona desaparecida. Esa es la forma que encontraron para sanar, para transformar el dolor.
En Arauca la cifra de víctimas creció exponencialmente durante 2022 debido al conflicto entre grupos armados, la Defensoría del Pueblo reportó que un total de 24.109 personas resultaron víctimas del conflicto, 19.081 de ellas por desplazamiento forzado, que entraron a hacer parte de las 175.224 víctimas registradas en el departamento.
Las voces de las víctimas en los Montes de María
De acuerdo con cifras de la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas, en Colombia hay 9.446.572 víctimas del conflicto armado, donde se reporta que en el departamento de Bolívar un total de 379.684 personas se encuentran inscritas en el Registro Único de Víctimas (RUV), de las cuales 323.240 son sujetos de atención. La entidad también reportó que la mayoría de hechos de violencia declarados en el departamento dan cuenta del desplazamiento forzado del que fueron víctimas más de 300 mil personas, seguido de homicidios, amenazas, reclutamientos y pérdida de bienes en menor medida, eso sin incluir a las personas que por diversas razones no han declarado otro tipo de hechos que sufrieron en el marco del conflicto armado.
‘‘En este nuevo gobierno reconocemos que venimos de importantes rezagos en cuanto a la implementación de la política pública de víctimas, lo que ha impedido que se supere la condición de vulnerabilidad. Hoy las víctimas se ven sujetas a que puedan sucederles muchas más cosas debido a la situación en la que se encuentran’’, enfatizó la directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Bolívar y San Andrés, Martha Salazar Morales.
La Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas informó que la dirección territorial de Bolívar y San Andrés islas actualmente tiene 37 sujetos de reparación colectiva, se adelantan 32 planes de retorno y reubicaciones, de los cuales 28 ya están aprobados, mientras que cinco se encuentran en etapa de formulación. La directora de la Unidad también rechazó que se sigan registrando acciones como el control territorial por parte de grupos armados ilegales, desplazamientos forzados, amenazas y hostigamientos a líderes y lideresas, debido a que considera que estos hechos son obstáculos para el desarrollo de la política pública de las víctimas en subregiones como los Montes de María y el Canal del Dique.